martes, 31 de marzo de 2015

El Valle rescata su memoria



Laviana y Sobrescobio inauguran cinco monolitos que rinden homenaje a las víctimas del franquismo y se suman a los monumentos instalados en San Martín




Cinco monolitos recuerdan desde la mañana de ayer a las víctimas de la represión franquista en Sobrescobio y Laviana. Autoridades, vecinos y familiares de represaliados participaron en los emotivos actos organizados en ambos concejos para inaugurar los monumentos. Estas piezas se suman a las instaladas recientemente en San Martín del Rey Aurelio. En el conjunto de Asturias se han colocado cerca de un centenar de monolitos para identificar un total de 352 fosas comunes documentadas.
   Las actividades contaron con la participación del director general de Justicia e Interior, José Luis Villaverde, y de los alcaldes de los dos concejos del alto Nalón. En Laviana se han instalado cuatro monolitos, aunque el acto institucional se organizó en El Returturiu, entre Barredos y la Pola. El regidor lavianés, Adrián Barbón, expuso que el concejo sufrió duramente la represión durante la guerra civil y el franquismo, en enclaves ya emblemáticos como el pozo Funeres y un total de 16 fosas comunes contabilizadas. “Hemos venido aquí sin ánimo de reavivar rencores sino con el deseo de dar paz a las víctimas. Es un gesto de justicia tener este recuerdo para la personas que dieron su vida por defender la libertad, representada entonces por el Gobierno de la República.
   Barbón resaltó la “apuesta” realizada por el Principado para recuperar la memoria de los represaliados a través de la instalación de los monolitos. Y añadió. “Hacer cosas como esta es importante también para que los más jóvenes conozcan lo que pasó porque es un reto para todos que no vuelva a suceder”.
   En Sobrescobio se inauguró una única fosa, en la zona del Peñón de El Caspiu, cerca de Anzó. “Había dos fosas comunes registradas, pero en una de ellas los familiares recuperaron los restos hace unos años”, expuso Marcelino Martínez, alcalde de Sobrescobio. En El Caspiu reposa un vecino de Rioseco asesinado durante la guerra civil. En la zona ya había una placa conmemorativa anterior. “Un amigo suyo fue testigo de lo que pasó y pidió que, cuando falleciera, sus cenizas fueran esparcidos por la zona. Y la familia puso una placa para recordar este hecho”, rememoró el regidor.
   Martínez resaltó la importancia de recuperar la memoria histórica. “Hay que agradecer la labor del Principado en este campo; lo que yo pediría es que todo esto no se detenga aquí, no debe olvidarse lo que pasó”.

Sobrescobio, Laviana y Aller estrenarán tres monolitos por las fosas comunes


Los homenajes serán en El Caspiu, El Returturiu y en Mina Peregrina, en Corigos


   Los municipios de las Cuencas contarán entre hoy y mañana con tres monolitos conmemorativos de las fosas comunes y la represión franquista. El primero de ellos será descubierto en Sobrescobio, concretamente en la fosa de El Caspiu, a las once y media de la mañana. Más tarde, a la una, se inaugurará un segundo monolito en Laviana, concretamente en la fosa de El Returturiu. El tercero se inaugurará mañana, a las cinco de la tarde, en la mina Peregrina, en Corigos (Aller). En los tres casos está prevista la participación del director general de Justicia e Interior del Principado, José Luis Villaverde.
   Estos monolitos de homenaje y recuerdo se sumarán a los otros cuatro que fueron inaugurados hace unos días en las Cuencas. Se trataba de dos monumentos en el valle de Santa Bárbara, y otros tantos en Blimea y Sotrondio. Estas inauguraciones contaron con la participación de los familiares de víctimas represaliadas, al igual que ocurrirá en los actos de hoy y mañana. Además de la presencia institucional del Principado, los homenajes contaron con la presencia de militantes y simpatizantes del PSOE e IU. Próximamente se editará un libro-DVD que hará referencia a las fosas que van apareciendo y a los monolitos inaugurados en la región, tal y como había anunciado el director de Justicia e Interior.

viernes, 27 de marzo de 2015

Los grupos de Noreña ven “electoralista” el intento de retirar la lápida franquista



“No se entiende que recuperen ahora este tema tras tantos años parado”, afirma la concejala del PP Marian Velasco


   La anunciada decisión del equipo de gobierno de Noreña de retirar la lápida franquista localizada en la iglesia parroquial de Noreña ha sido acogida con cierta tibieza en la Corporación y en la propia localidad. Las dudas en torno a la efectiva retirada de la placa y la cercanía de los comicios municipales llevan a los partidos municipales a hacer una lectura en clave electoral de esta medida.
   “Tiene un sentido marcadamente electoralista, si no no se entiende que recuperen ahora este tema, tras tantos años parado”, afirma al respecto Marian Velasco, del PP. Pese a que la portavoz popular comprende que la medida está avalada por la Ley de Memoria Histórica, reclama que se actúe con sensibilidad hacia los familiares de las personas que figuran en la lápida: “Los que figuran ahí son personas, caídos en combate pero también muchos de ellos asesinados. Quizás habría que debatir el hacer otra placa, sin connotaciones políticas, para recordarlos”, afirma.
   También desde el otro lado del espectro político se estima que los socialistas, que mantienen la discreción en torno a esta controversia, quieren sacar réditos, en forma de votos, a la retirada de la lápida franquista. “La postura del Arzobispado de Oviedo es la misma ahora que en 2009, por lo que no se entiende que ahora sea una solución válida de no vincularla a la cercanía de las elecciones”, argumenta René Coviella, coordinador y candidato a la alcaldía de IU.
   El líder de la coalición, en todo caso, reitera que IU respalda de manera decidida la retirada de la placa, duda además de que legalmente pueda reubicarse en el interior del cementerio -como reclaman algunos familiares de las personas reseñadas en la placa- y pide que se avance también en la retirada del escudo preconstitucional del cuartel de la Guardia Civil. “Son elementos ilegales, que no deben estar en la vía pública”, sostiene Coviella.
   Otros grupos de la Corporación no ven tan clara esta lectura electoral. Para José Aurelio Castaño, de Independientes por Noreña (IPÑ), la medida puede perjudicar a los socialistas, más que ayudarles, en las elecciones: “Creo que no interesa a nadie levantar ahora esta polémica”, sostiene Castaño, que también reclama al PSOE que aclare quién dio permiso al gobierno autonómico para colocar un monolito de reconocimiento a las víctimas republicanas a la entrada del cementerio y bajo qué condiciones.
   Por su parte, Pablo Pérez, de Conceyu Abiertu por Noreña (CAN), tampoco tiene claro que al PSOE le beneficie esta decisión en las elecciones: “Puede ser que traten de pescar algún voto de la izquierda, pero ya debería estar claro para todo el mundo que el PSOE no es de izquierdas”, afirma. En todo caso, Pérez incide en que CAN está a favor de que se cumpla la ley y rechaza la reubicación de la placa en cualquier tipo de vía pública o de lugar con libre acceso para los ciudadanos. “De todas formas, no me fío de que realmente la quieran 

martes, 24 de marzo de 2015

“Los hechos de la Guerra Civil en la villa están por investigar”, dice González Cuesta



  La retirada de la lápida franquista de la iglesia de Noreña plantea varios debates. Por un lado hay un debate político, con una vertiente legal, respecto a la aplicación de la Ley de Memoria Histórica. Por otro, existe una cuestión social, afectiva incluso, toda vez que en esa lápida están identificados más de medio centenar de noreñenses, algunos de ellos con familiares y amigos que aún residen en la villa condal. Y además, hay un debate histórico, casi historiográfico, sobre el desarrollo de la Guerra Civil en la localidad.
  En los dos últimos debates, Carlos González Cuesta tiene mucho que decir. Historiador y descendiente de una persona reseñada en la lápida, González Cuesta trata de emitir un juicio ponderado, consciente de la complejidad de este triple debate: “Entiendo que hay una ley, y que hay que cumplirla. Pero no debemos olvidar que esta es una cuestión compleja”, explica el historiador. A su juicio, este debate deja además al descubierto las carencias de nuestro conocimiento del pasado: “Los hechos de la Guerra Civil en Noreña están por investigar, es una época que debería estudiarse”, concluye.

Libro sobre la represión fascista en Laviana y el alto Nalón





Familiares de represaliados exigen la exhumación de la fosa de La Pozona


El enterramiento, ubicado en Felechosa, guarda cerca de un centenar de cuerpos


   La imposibilidad de identificar los restos exhumados en la fosa común de Cabacheros ha caído como un jarro de agua fría entre los familiares de desaparecidos en el concejo de Aller. Los afectados se mostraron ayer “desanimados” ante los resultados de las pruebas de ADN, que no han arrojado ninguna coincidencia. Han dejado claro, no obstante, que quieren seguir adelante con su búsqueda. Esperarán al término de las elecciones generales para reclamar una nueva subvención al Gobierno central e iniciar una excavación en otra emblemática fosa del concejo: el enterramiento de La Pozona.
   “Los testimonios orales apuntan a que esta fosa es aún mayor que la de Cabacheros y puede contener los restos de un centenar de personas que fueron asesinadas”, explicaron los familiares. El enterramiento de La Pozona se ubica entre las localidades de Felechosa y El Pino, y está señalizado con un monolito.
   Los testimonios orales aseguran que, en este punto, se detuvieron decenas de camiones que presuntamente conducían a los presos del franquismo a la cárcel de San Marcos, en León. El viaje terminaba antes de lo previsto, con el fusilamiento de las víctimas a la orilla de la carretera.
   Es una narración idéntica a la recogida sobre Cabacheros por los expertos en memoria histórica. La exhumación de la fosa, que se produjo en 2009, sorprendió por su magnitud. Esperaban encontrar cerca de una decena de cuerpos y, finalmente, se recuperaron restos de cincuenta personas. Algunos cuerpos, ante la imposibilidad de llegar a ellos, quedaron bajo la carretera.
   Los familiares tendrán que buscar ayuda entre las administraciones y las entidades de memoria histórica. El Principado, que financió la culminación de los análisis de ADN de Cabacheros, no ha mostrado una postura contundente sobre el proyecto. El director general de Justicia, José Luis Villaverde, afirmó hace unos días que “encontrar coincidencias entre los restos y los familiares es difícil, ante la gran cantidad de fosas documentadas en Aller. Es buscar una aguja en un pajar”.

Luchadores del ocaso: Represión, guerrilla y violencia política en Asturias (1937-1952)



La obra tan esperada sobre la Guerrilla asturiana. Mas de 1.000 páginas sobre la resistencia antifranquista y la represión  en Asturias en el período 1937 a 1952.
Reservas en: famyr@memoriayrepublica.org

jueves, 19 de marzo de 2015

Dos monolitos rinden homenaje a las cien víctimas del franquismo en Santa Bárbara


Los monumentos, a los que se sumarán otros en Sotrondio y Blimea, fueron inaugurados ayer con la asistencia de familiares de los represaliados



   Cien vecinos del valle de Santa Bárbara perdieron la vida durante la guerra civil y la dictadura. Parte de ellos reposan en las fosas comunes repartidas por la zona. Ayer, en sendos actos sencillos y emotivos, fueron inaugurados dos monolitos, en el cementerio de Santa Bárbara y en el pueblo de Veró, que homenajean a las víctimas de la represión franquista. A estos dos monumentos se sumarán, en el concejo de San Martín del Rey Aurelio, otros dos en el cementerio viejo de Blimea y en el cementerio de Sotrondio. En el conjunto de Asturias se ha instalado 81 monolitos para identificar un total de 352 fosas comunes documentadas.
   Los actos contaron con la presencia del director general de Justicia e Interior del Principado, José Luis Villaverde; el alcalde de San Martín, Enrique Fernández; miembros de la Corporación; y dirigentes, militantes y simpatizantes del PSOE e IU. También acudieron familiares de los represaliados. Marcos Miranda perdió a varios familiares durante la represión. Uno de ellos, su abuelo, Andrés Llaneza, conocido como “El gitano”, fue enterrado en la fosa de Santa Bárbara. “Es un orgullo que le reconozcan todo lo que pudo hacer por la libertad de este país. Se agradece el homenaje que esto supone a la lucha que tuvo mucha gente a lo largo de los años de la dictadura, en los que fueron masacrados, abandonados y olvidados”, esgrimió Miranda. Y añadió: “Gracias a todos ellos tenemos una recompensa que se llama democracia”.
- Angelita González no perdía ayer detalle de las palabras de Miranda. Su padre, Belarmino González, “Caleyu”, también fue víctima de la represión franquista. “Lo mataron cuando yo tenía tres años. Era picador y vivía en Sotrondio y lo asesinaron, como ellos decía, por rojo. Él estaba escondido en la mina El Praón con otra persona. Su compañero tuvo miedo, se entregó y reveló donde estaba mi padre”.
- Manuel González Orviz, coordinador de IU de Asturias, también tiene a varios familiares en las fosas de Santa Bárbara. Entre ellos, están Alfredo Llaneza González, “El gitano”, y Arsenio González Llaneza. “Los mataron juntos en El Vescón; uno era tío mío y el otro primo de mi tío”. “Estoy aquí como familiar de algunas de las personas homenajeadas hoy aquí”, indicó González Orviz, para añadir: “En este valle de Santa Bárbara murieron 100 personas; no sólo se les homenajea a ellos, sino a todos los que fueron invisibilizados durante más de tres cuartos de siglo; poco a poco les vamos a dar la paz, la justicia, la dignidad y la reparación que les trataron de arrebatar a ellos y a su familias”. El dirigente de IU esgrimió que “este es un homenaje a las 140.000 personas que reposan en las cunetas”. “Hacer que sean visibles es un compromiso de las familias, la izquierda y las gentes progresistas y de bien de España. Mientras no seamos capaces de hacer eso no superaremos el dolor y la indignidad”.
   El alcalde de San Martín, expresó, por su parte, que “el mayor pecado de las personas que aquí yacen fue ser honradas, trabajadores y luchadores por unos derechos y libertades que tardaron mucho en llegar. Y llegaron de la mano de su esfuerzo, comprometido hasta el límite de entregar su vida”, aseguró Enrique Fernández. El director general de Justicia e Interior del Principado, José Luis Villaverde, expuso el programa de instalación de monolitos, “a punto de terminar”, “seguramente se completará con un libro-dvd para hacer referencia a las fosas que van apareciendo y a los monolitos. En Asturias pasan de los 150 el número de lugares que tienen alguna epigrafía relativa a la memoria histórica”.

martes, 17 de marzo de 2015

El Gobierno vasco visita una fosa de gudaris en Asturias y comparte planes de memoria


El Gobierno vasco visita una fosa de gudaris en Asturias y comparte planes de memoria




     La aprobación de la Ley de Memoria Histórica durante el mandato del expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero abrió grandes expectativas que después se han visto matizadas por los hechos y por una implicación muy desigual de las comunidades autónomas a favor de la memoria de las víctimas del franquismo. Los familiares de los combatientes del bando republicano se han topado con dificultades administrativas en varios territorios sobre todo a la hora de pedir la exhumación de los restos en las fosas comunes, y algunos partidos han acusado en particular a las comunidades del PP de no poner demasiado empeño. A nivel estatal, el Gobierno de Mariano Rajoy no ha consignado un euro para las exhumaciones en los Presupuestos de los tres últimos años. Ya sea a través de exhumaciones o de reconocimientos públicos, los gobiernos socialistas de Asturias y Andalucía, y los ejecutivos catalán y vasco son los que hasta la fecha han desplegado más actuaciones en ese terreno. Dos de esos gobiernos, el de Lakua y el asturiano, tenían pendiente una reunión para compartir impresiones sobre sus políticas de memoria histórica, para aprender y ver qué actuaciones ha desarrollado cada uno. Esa reunión se produjo ayer aprovechando la visita de la directora de Víctimas y Derechos Humanos de Lakua, Monika Hernando, al monolito colocado en el Pradón de los Vascos en Asturias. La cita se produjo por invitación del Gobierno asturiano.
     La relación entre ambos ejecutivos en materia de memoria histórica ya era fluida porque en esa zona se desarrollaron varios combates durante la Guerra Civil y tomaron parte en ellos cientos de gudaris. De hecho, el citado prado, situado en la localidad de Areces, alberga varias fosas donde están enterrados decenas de gudaris. Lucharon bajo el mando de Kandido Saseta en 1937 y siguen enterrados en esas fosas, si bien el Gobierno asturiano ha querido tener un gesto con esos combatientes colocando un monolito en euskera, castellano y asturiano en honor a los que “dieron su vida por la libertad y la democracia”.
     Desde el Gobierno vasco explican a DEIA que el Principado ya ha tenido gestos similares en otras fosas. De hecho, en la reunión que mantuvieron ayer, el Gobierno asturiano explicó sus actuaciones más enfocadas a colocar monolitos identificativos, mientras el Gobierno vasco detalló su apoyo a las exhumaciones. El propio Saseta , cuyos restos fueron hallados en el prado, fue exhumado por la Sociedad de Ciencias Aranzadi y trasladado a Hondarribia.
      Hernando estuvo acompañada durante su visita por el director de Justicia e Interior asturiano, José Villaverde, y la alcaldesa de la localidad, María Isabel Méndez. Expresó el compromiso de Lakua con una memoria histórica “basada en la justicia, la verdad, la reparación y garantías de no repetición”.

sábado, 14 de marzo de 2015

Bildu renuncia a exhumar los cuerpos de “gudaris” de las fosas de Las Regueras




Bildu renuncia a exhumar los cuerpos de “gudaris” de las fosas de Las Regueras

La dispersión de los enterramientos y la falta de acuerdo con el propietario del “Pradón de los Vascos” frenan la campaña


                                         
          La exhumación de los “gudaris” de Cándido Saseta en Las Regueras no se llevará a cabo, al menos en esta legislatura. “Un cúmulo de circunstancias” han impedido a la Diputación de Guipúzcoa (Bildu) cerrar la investigación del “Pradón de los Vascos” con la recuperación de los cuerpos de más de un centenar de combatientes de la Guerra Civil. Entre esas circunstancias ha pesado la dispersión de los enterramientos. La falta de acuerdo con el propietario de la finca, en Areces, también ha influido en el abandono del proyecto, tal y como estaba concebido en un principio. Mientras, la administración asturiana ha dado por cerrado este capítulo con la instalación de un monolito en la zona y la invitación formal al Gobierno vasco (PNV) a visitarlo, que se materializó ayer con la visita de la directora de Derechos Humanos y Víctimas, Mónica Hernando, acompañada del director general de Justicia e Interior en Asturias, José Luis Villaverde (PSOE).
“Nuestra política es señalar las fosas. Así lo hemos hecho, con un monolito singular, porque es el único que tiene la frase ‘a los que dieron su vida por la libertad y la democracia’ en euskera, además de en castellano y en asturiano”, explicó Villaverde. Según explicó el director de Justicia, la Sociedad Aranzadi de Ciencias, a quien habían asignado una partida de 50.000 euros para la exhumación “ha desistido”. “Nos habían pedido hacer una cata complementaria más y habíamos accedió pero parece que desistieron. Hay un cúmulo de circunstancias que desaconsejan continuar, fundamentalmente por la dificultad. Parece que no han encontrado una fosa común excavable; lo más probable es que se trate de enterramientos individuales”, manifestó.
Sin embargo, para el Gobierno vasco, el capítulo no está cerrado. En ello insistió ayer en Las Regueras su representante, Mónica Hernando. “El proyecto no lo llevaba mi administración, sino la Diputación de Guipúzcoa, que tanteó la posibilidad de recuperar los restos de los que cayeron aquí luchando por la libertad. Esta parte está cerrada, en el futuro se verá. Ahora mismo no hay nada sobre la mesa”, apuntó. Hernando también señaló que las víctimas necesitan “verdad, justicia, reparación y un homenaje” y que lo ideal habría sido trasladar los cuerpos al País Vasco e identificar a las familias, aunque, matizó, “lo realmente importante” sería “darles un enterramiento digno, ya sea en Asturias o en Euskadi”.
Al acto asistió también la alcaldesa de Las Regueras, Maribel Méndez (PSOE), quien trasladó el respeto de los habitantes del concejo por las víctimas de la guerra. Un centenar de combatientes del batallón Eusko Indarra de ANV, del batallón Amayur del PNV y del batallón 24º de Ïndalecio Prieto de UGT coordinados por Saseta cayeron en Areces en febrero de 1937.

viernes, 13 de marzo de 2015

TAMÓN, UN SOLDADO EN LA MEMORIA

El ultimo deseo de una vecina del concejo de 84 años es encontrar los restos de su padre, republicano fusilado durante la guerra civil cerca de Covadonga.
                                         


                                          


  “ No me matéis que tengo tres rapacinos”. Esas fueron las ultimas palabras de Ángel Busto Vega, vecino de Tamón ( Carreño ) antes de ser fusilado junto a varios compañeros republicanos a manos del ejercito franquista cerca de la Cruz de Priena, en las montañas de Covadonga, probablemente a finales de septiembre de 1937.
Sesenta y ocho años después de aquel suceso, Hortensia Busto González, la pequeña de aquellos tres “ rapacinos” que ahora cuenta con 84 años, quiere cumplir un ultimo deseo vital: saber que fue de su padre y donde descansan exactamente sus restos mortales. Para ello cuenta con la ayuda de su nieta, Verónica Vicente, que lleva cinco años investigando el paradero de su bisabuelo, sin éxito. Todo lo que tiene es el testimonio de un compañero de Ángel, vecino de Solís ( Corvera de Asturias ) que aquel fatídico día logro escapar del pelotón de fusilamiento tirándose monte abajo. Este vecino ya fallecido, fue quien escuchó sentida frase final de Busto Vega.
“ siempre quise saber lo que le ocurrió a mi padre, pero no me atrevía a preguntarle a mi madre, Elvira González Blanco, por no disgustarla”, explica Hortensia. “ solo se que trabajaba descargando barcos en El Musel de Gijon y cuando comenzó la guerra el tenia 34 años y lo llamaron a filas combatió a comienzos de la guerra civil con el ejercito republicano en Santande donde fue herido, pero que yo sepa nunca estuvo afiliado a dingun sindicato o partido”, narra.
Cuando regreso en tren a Asturias, y apesar de que los republicanos daban la guerra por perdida, decidió seguir luchando en la linea del Sella. Cogió entonces un tranvía a Covadonga. A partir de ahí todo son conjeturas.
“ Al poco de acabar la guerra mi madre, que contaba con 25 años, fue junto con su cuñado y un hermano a buscarlo, primero en Santander y luego en Covadonga. Desde las instituciones les dieron largas. Pasaron los años sin saber nada y luego ya ni se atrevían a preguntar por el miedo que le daba que la asociaran con aquellos rojos”, rememora Busto.
Tras una intensiva búsqueda lo único que Verónica Vicente encontró fue su nombre en las listas publicadas por el Foro pr la Memoria Histórica en las que figura como saldado republicano muerto. El pasado mes de febrero acudió al archivo del ayuntamiento de Cangas de Onis en busca de mas datos para poder cumplir el deseo de su abuela, pero los esfuerzos aun no andado sus frutos.
“ En principio no hay documentos en el archivo que puedan ayudar a la localización de este hombre. La única posibilidad es encontrar las fosas, pero en Covadonga hubo cientos de fusilados, que pudieron quedar tirados de cualquier manera en cualquier sima y el entorno de los Lagos es muy amplio”, lamenta la responsable del archivo.
En busca de pistas.
La única esperanza de Hortensia Busto es ahora que alguien identifique a su padre y que pueda aportar detalles e historias que ayuden a su localizacion. Mientras tanto abuela y nieta leen con atención todos los artículos y publicaciones online o en papel que narran el final de la resistencia republicana en el Frente del Norte en busca de pistas. Así llego a la conclusión de que Agel Busto combatió en Priena con la 184 brigada Mixta, antigua décima asturiana, dirigida por Manolin Albarez, que hizo frente en Septiembre de 1937 a los asaltos del bando nacional y de la aviación alemana con poco más que granadas de mano.
A finales de ese mismo mes, la V Brigada de Navarra recrudeció los ataques sobre las inmediaciones de Covadonga: querían festejar la fiesta del Caudillo establecida por decreto del 29 de Septiembre, con la toma del real sitio, por ser un sitio de reconquista de España. Paradojicamente, enviaron a los moros del IV Tabor de Alhucemas y fueron estos quien tomaron Covadonga.
En vez de por el valle como en la época de Don Pelayo, lo hicieron por Cuesta Cavia, al medio día del 1 de octubre. La prensa del movimiento presumió de no aver dejado vivo ni a un rojo y olvido mencionar que el trabajo duro de aquellas refriegas, en las que posiblemente fuera apresado Busto, lo hicieron guerreros rifeños.

NOTICIA PUBLICADA POR LA NUEVA ESPAÑA EL MIERCOLES 11 DE MARZO DE 2015

jueves, 12 de marzo de 2015

En el quincuagésimo aniversario del asalto a la Comisaría de Mieres



      Un 12 de marzo de 1965, hace ya cincuenta años, el formidable ciclo de movilizaciones obreras abierto en Mieres por la emblemática “huelgona” de la primavera de 1962 saltaba de las minas a las principales calles y centros de poder del casco urbano de la capital municipal.
Aquella huelga había dejado tras de sí un rastro de doscientos desterrados que solo retornarían a su tierra en 1964. Pero ese mismo año, y como consecuencia de los conflictos de los dos últimos culminados en la gran huelga de aquel, otros cuatrocientos cincuenta mineros serían despedidos por su participación en actividades reivindicativas.
Aquellos hombres, trabajadores reconocidos por su diligencia tanto por sus compañeros como por sus propios patronos, no solo eran privados de sus empleos sino también vetados para cualesquiera otros, dependiendo para su subsistencia de lo que, el mismo año del regreso de los desterrados, se denominaría Fondo Unitario de Solidaridad Obrera.
Ese fondo daba buena cuenta del nivel organizativo existente entre unos trabajadores inmersos ya desde la huelga de la gijonesa mina de La Camocha de 1957 en el proceso de constitución de unas Comisiones Obreras en que coincidían comunistas, cristianos de base y trabajadores de otras orientaciones ideológicas o ni tan siquiera alguna.
Recibidas las cartas de despido recién acabada la huelga de 1964, los trabajadores comienzan a recabar la información relativa a los represaliados en los diferentes centros de trabajo para, con ella, convocar una Asamblea General, celebrada en un prado del alto de Santo Emiliano, en que se elegiría una Comisión de Despedidos.
El 9 de marzo de 1965, la citada Asamblea General celebra una multitudinaria reunión en la Casa Sindical de Mieres en que participa la práctica totalidad de los despedidos y que, aprovechando la fortaleza del Partido Comunista de España en la localidad, decide convocar una gran manifestación en ella para el día 12 en demanda de sus reivindicaciones.
Al día siguiente, los trabajadores obtienen entre insultos y amenazas el compromiso por parte del delegado de la Organización Sindical Española en Mieres, Avelino Caballero, de que Noel Zapico, Presidente, entonces, de la Sección Social del Sindicato Provincial del Combustible, asistiría a la asamblea convocada en la Casa Sindical para las cinco de la tarde del 12 de marzo.
Ese mismo día, los miembros de la Comisión de Despedidos son detenidos, siendo conducidos, en primera instancia, a los sótanos del Ayuntamiento; para ser trasladados después a las dependencias de la Brigada Político-Social en Oviedo.
En las horas que median entre las asambleas de los días 9 y 12, el Partido Comunista y las Comisiones Obreras, por entonces ya en pleno proceso de consolidación, ponen en funcionamiento su maquinaria de movilización consiguiendo aunar a una auténtica masa de trabajadores que, en la mañana del día 12, abarrotarían los trenes y autobuses en dirección a Mieres.
Los bares y cafeterías de la villa rebosaban grupos de trabajadores bajo la consigna de haber acudido a Mieres a escuchar la intervención de Noel Zapico en la asamblea convocada para esa tarde en la Casa Sindical; pero, su verdadero propósito no era otro que el de realizar la manifestación previamente planificada.
La Fuerza Pública presente en la localidad se restringía a una treintena de miembros de la Policía Armada, los residentes en el cuartel de la Guardia Civil y los de la policía local, a cuyo frente se situó Claudio Sánchez Ramos, Jefe de la Brigada Político-Social en Asturias, llegado esa misma tarde desde Oviedo para la ocasión.
A la hora convenida, un jovencísimo Gerardo Iglesias es conducido en una motocicleta pilotada por José Celestino González, “Tino el del alto”, por las cafeterías y bares en que se distribuían los trabajadores venidos de diferentes partes del centro de Asturias para que fuera dando aquel la señal de dirigirse a la Casa Sindical.
Cuando la Policía Armada, que permanecía acuartelada desde primera hora de la tarde, detecta el movimiento, Claudio Sánchez Ramos ordena que sea este instituto armado el que acuda a la Casa Sindical, evitando una intervención de la Benemérita cuyo armamento militar podría haber acarreado un buen número de muertes.
En la plazoleta de la Casa Sindical se produce la primera detención en la persona de José Ramón Fernández, “Teverga”, al impedir este la de “Tino el del alto” propinando un empujón al Policía Armada que pretendía prenderlo, siendo trasladado inmediatamente por ello a la Comisaría del Cuerpo General de la Policía de Mieres.
La muchedumbre asalta la Casa Sindical, ocupa sus escaleras y salas y, desde sus ventanas, se improvisan entusiásticas arengas protagonizadas, en su inmensa mayoría, por mujeres que claman por los empleos de sus maridos, la necesaria solidaridad entre los trabajadores y el sustento de sus familias e hijos.
Conocida la detención de “Teverga”, la multitud decide dirigirse hacia la Comisaría para liberarlo. A su paso por la Escuela de Capataces, los manifestantes animan a los estudiantes, que proferían insultos contra la Policía Armada, a unirse a ellos; cargando por ello dicho cuerpo contra los que salían de la Escuela en ese momento con el propósito de hacerlo.
La manifestación continúa hacia la Comisaría coreando lemas como los que reclaman “pan pa’ los fíos de los despedíos” tratando algunos de sus componentes de asaltar a su paso el Ayuntamiento, sito ya en las proximidades de la Comisaría, donde encontrarían la resistencia del temido cabo Blanco, Jefe, por entonces, de la policía local.
El núcleo principal de los insurrectos llega, finalmente, a la Comisaría donde, junto con el detenido “Teverga”, tan solo aguardan tres policías que oyen aproximarse al gentío “como el enjambre que se acerca en el campo a uno”, según testimonio de uno de los cercados.
Estos solicitan telefónicamente directrices de la Brigada Político-Social de Oviedo, desde donde se les ordena no utilizar sus armas de fuego y saltar por las ventanas de la parte posterior del edificio, de ser ello necesario.
Desgraciadamente para ellos, dichas ventanas se encontraban ya entonces abarrotadas, por lo que la vía de escape que les sugerían sus mandos ovetenses resultaba impracticable.
Sin otra posibilidad que resistir, los policías cierran el portal que da acceso a la Comisaría, ubicada en un primer piso, y, cuando es este rebasado, uno de ellos enfrenta cuerpo a cuerpo a los manifestantes que, de uno en uno, suben por la estrecha escalera del edificio.
Poco después, llega a su rescate la sección de la Policía Armada comandada por el teniente Tomás y Claudio Sánchez Ramos quienes ordenan cargar para despejar el portal de la Comisaría y poder formar así una línea defensiva desde la que repeler a porrazos las cargas de los manifestantes.
Son de todos recordadas las escenas de gorras policiales lanzadas al aire por los golpes recibidos de los sublevados; así como, de zapatos femeninos arrojados a las ventanas a las que se asomaban los policías sitiados, junto con toda clase de piedras y palos.
Tras un cuarto de hora de duro combate, y gran número de contusionados y heridos, los manifestantes, ya hacia las ocho de la tarde, comienzan a replegarse, al tiempo que llegan los refuerzos policiales enviados desde Oviedo que baten con dureza a cuantas personas, sin distinción de condición, se encuentran en las proximidades de la Comisaría.
Tras dos horas de tumulto, el asalto a la Comisaría había fracasado, varios policías serían condecorados por su defensa numantina de las dependencias policiales y la represión alcanzaría a los muchos que acudieron a curarse a la Casa de Socorros, al ser identificados de tal modo como participantes en la algarada.
“Teverga” sería liberado a las cuatro de la madrugada siguiente observando estupefacto a su salida los restos de cristales rotos, palos, piedras, gorras y zapatos dejados por la batalla campal de la tarde previa dirigiéndose, a continuación, en un taxi a su domicilio en el vecino municipio de Langreo.
Y, sin embargo, no por ello dejó de haber algo de cierto en la impresión de algunos de los intervinientes en aquellos sucesos que, hechas jirones sus prendas y ensangrentados sus rostros, regresaron aquella tarde a sus casas satisfechos y creyendo haber derrotado al Régimen del General Franco en las apenas dos horas que duraron los disturbios.
Los despedidos de la huelga de 1964 aun habrían de esperar al encierro de 1967 en el “pozu Llames”, en la población mierense de Ablaña, para recuperar su derecho a trabajar. Y, hasta el Real Decreto Ley sobre Amnistía de 1976, ni harían lo propio con sus antiguos puestos en la minería; ni les serían restituidas sus cotizaciones sociales.
Pero, treinta años después de octubre de 1934, los trabajadores del campo antifranquista, hegemonizado entonces por el Partido Comunista, aunque integrado también por otros colectivos y grupos, volvían a “asaltar el poder local”. Apenas dos años después de ejecutado vilmente el camarada Julián Grimau, el terror represivo era, de algún modo, quebrantado para ya no volver a restablecerse del todo.
Aquel episodio, segundo hito del período que media entre la huelga de la primavera de 1962 y el encierro del “pozu Llames” de 1967, se inserta en otro más amplio que se remonta desde los estertores de la autarquía de los primeros dos decenios del Régimen franquista hasta la Transición Democrática; desde la Ley de Convenios Colectivos de 1958, hasta la Ley del Estatuto de los Trabajadores de 1980; desde el Plan de Estabilización de 1959, hasta los Pactos de la Moncloa de 1977.
Una etapa esa de profundísima transformación de las estructuras socio-económicas de nuestro país atravesadas por la maduración de un movimiento obrero dominado por un Partido Comunista que empezaba a recoger los frutos de la política “entrista” sugerida a Santiago Carrillo por “Stalin” en su entrevista de 1948 conforme a la experiencia del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia y puesto en práctica a partir de las elecciones sindicales de 1953.
Una etapa en que tanto la clase obrera de Mieres como la organización del Partido Comunista en la localidad tendrían un extraordinario protagonismo cuya huella oral se ha encargado de recoger y preservar, mediante un abundante número de entrevistas personales realizadas entre los años 2006 y 2015, el documentalista mierense Alberto Vázquez en su monumental obra “Poca Ropa” .
Una obra compuesta con el tesón y la oportunidad de quien de veras ama a los genuinos protagonistas de nuestra historia colectiva: las mujeres y hombres que con sus propias manos conquistaron los espacios de libertad en cuya grieta aun habitamos; el “pueblo laborioso” de Mieres y la entera España; las gentes combativas y corrientes de la mar, los huertos, minas, lares y talleres.
Tan solo cuando sus voces se apaguen para ya jamás alzarse, comprenderemos, quizá, hasta que punto valen más, desde un punto de vista político, ese puñado de testimonios espigados por Alberto que las mil componendas y bizantinismos de todos los Secretarios y responsables políticos que por esta tierra tan fecundada por el trabajo pululamos.
“El día 12 de marzo
y en Mieres se convocó
a las cinco de la tarde
una manifestación.
Son obreros y estudiantes
mujeres, niños y ancianos
que gritan todos a coro
sentimientos muy humanos.
[…]
Nunca en España se ha dado
pueblo de tanto heroísmo
desde que la historia trajo
la maldición del franquismo.
[…]
Asturias escribe así
nueva página en la historia
de este pueblo soberano
que a la tiranía odia.
Son las dos cuencas mineras,
la del Nalon y el Caudal,
paladines de esta lucha
que anuncia ya libertad.
Y, por eso, camaradas,
hemos de luchar unidos
para tener libertad
y derrotar al franquismo” .
Notas:
1. Para los interesados en el documental sobre la lucha antifranquista en Mieres “Poca Ropa” en que se recogen los testimonios sobre el “asalto a la Comisaría de Mieres” utilizados en la elaboración de este artículo:bertovg@hotmail.com

2. Fragmento del poema compuesto por “Ginio el quemau” y Encarna Álvarez en 1965 y conservado oralmente por esta última durante treinta y tres años.

miércoles, 11 de marzo de 2015

ESPAÑA NO OLVIDES A LAS VICTIMAS DEL 11M. PERO TAMPOCO OLVIDES LAS DEL FRANQUISMO

Hoy, hace 11 años un atentado terrorista, arrebato la vida 192 personas, ese tipo de tragedia nunca se deben olvidar.



Pero tampoco olvidéis las que dejo la dictadura Franquista.


.