REPÚBLICA (La alternativa republicana del PCE)


PRESENTACIÓN


El Partido Comunista de España propone impulsar un proceso constituyente que
nos lleve a la Tercera República, proceso que tiene que tener en cuenta que la crisis
económica ha puesto de manifiesto que la estructura política está al servicio de la clase
dominante, nucleada y hegemonizada por el gran capital financiero y especulativo. Los
recursos públicos se han puesto a su servicio en el peor momento de la crisis financiera,
socializando las perdidas que ahora se pagan con gravísimos recortes sociales, haciendo
recaer sobre la gran mayoría trabajadora el pago de la crisis. El propio sistema
reconoce la debilidad y la sumisión de las estructuras democráticas frente a los llamados
intereses del mercado financiero, es decir de las grandes corporaciones bancarias
y especulativas.
Para las trabajadoras y los trabajadores, que sufrimos los efectos de la crisis, convivimos
con el paro y las dificultades económicas, no existe solución dentro del actual
modelo político. Es en este marco en el que se sitúa la lucha por la republica democrática
de trabajadoras y trabajadores de todas las clases, ofreciendo una visión de conjunto
y un proyecto estratégico de transformación común, capaz de realizar el conjunto de
reivindicaciones populares.
Es obvio que esta propuesta debe partir de una serie de afirmaciones o de precisiones
que ayuden a situar en el día de hoy la presentación del discurso y su incardinación en
la realidad. Estas afirmaciones previas son las siguientes:
1ª.- El debate sobre la propuesta republicana, se enmarca en una crisis global que
afecta tanto a la economia, como afecta también a una crisis ambiental, alimentaria
y energética, los cambios que se pretenden estan erosionado los derechos civiles y
políticos conquistados, a raíz del giro autoritario del sistema, por lo que el concepto
república y su efectiva implantación debe enmarcarse, no sólo como la consecución de
un cambio de “régimen”, del paso de una monarquía a una república en vacío si no
como un cambio de modelo, que ampare y profundice los derechos de sus ciudadanos.
Nuestra propuesta de República con democracia participativa se configura como
alternativa al marco político-constitucional (monarquía parlamentaria) y al modelo
económico (neoliberalismo). La democracia participativa se inserta así en nuestra
apuesta por la República.
Cuando hablamos de la III República debemos hablar de derechos y obligaciones,
de democracia participativa, de educación pública, libre, gratuita y laica, de salud para
todo el mundo desde la red pública mejorada y articulada, desde concepción de que
la paz puede crear vida, riqueza y futuro, nunca la guerra, desde la convicción de que
el camino histórico que hemos hecho juntos las personas y pueblos que vivimos en
España, debe continuar en el presente y en el futuro, con el objetivo.
La República no es simplemente una forma de Estado que se caracteriza
esencialmente en hacer electiva la Presidencia de la jefatura del Estado en vez de que
ésta sea hereditaria. Plantear la alternativa republicana en España no es algo neutro.
La República es una concepción de Estado caracterizada por unos determinados
principios, valores, contenidos, funcionamiento institucional y vinculación a la realidad
social de la cual emana como representación libremente consentida, es lo que hemos
llamado Democracia Republicana y en este sentido nos vinculamos a la definición que
sobre la República se establece en la Constitución de la II República Española que dice
que España es una República democrática de trabajadoras y trabajadores de toda clase
que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia. Los poderes de todos sus órganos
emanan del pueblo. La República constituye un Estado integral, compatible con la
autonomía de los Municipios y las Regiones. La bandera de la República española es
roja, amarilla y morada
2ª.- En consecuencia con lo anterior se impone que toda propuesta republicana
aparezca como alternativa social, más democrática a la realidad existente. Una
alternativa que debe ser conformada, desarrollada y apoyada por el mayor consenso
social posible y respaldo ciudadano. Una tarea que debemos comenzar ya, de manera
que el proceso de construcción y avance hacia la 3ª república, a través del proceso
constituyente, es lo que permitirá la constitución material de la misma, más allá de la
constitución formal. La organización y movilización de las fuerzas motrices del cambio,
es lo único que puede garantizar el mismo. Generar la fuerza necesaria y suficiente para
dejar de pedir y lograr hacer.
La construcción y el diseño del proceso constituyente, es el elemento que dota de
contenido al proyecto, orienta la lucha política, y posibilita su consecución. Tiene por
tanto que cumplir la labor de relacionar la lucha política y la lucha económica, de organizar, articular y movilizar las fuerzas necesarias para el cambio desde el conflicto social.
La “lucha por la 3ª” en tanto en cuanto “proyecto histórico de cambio” que sea capaz de
genera un nuevo marco político, debe dotarse un contenido y proyección que permita:
• Constituirse en base de la superación del marco político actual, catalizar y
aglutinar las ansias de cambio de la mayoría social, movilizar la suficiente
fuerza social y convertirla en fuerza política, articular el conjunto de luchas y
reivindicaciones generando un propósito común que permita la unidad de los
diferentes sujetos en un programa y objetivos colectivos.
• Debe servir como articulador de síntesis y canalizador de luchas, de marco estratégico
para las tácticas concretas, generar visión y trayectoria de cambio, de
futuro posible, que nos permita o facilite abrir procesos de autorrevalorización
de clase basados en el trabajo colectivo, que ayude a generar espacios desde los
que recuperar las respuestas colectivas.
La lucha por un nuevo marco político que supere la etapa que comienza con la
llamada Transición, debe abrir un proceso orientado hacia el cambio en la correlación
de fuerzas existente con el fin de modificar la geometría actual del poder.
Bajo este punto de vista resulta mucho más importante el diseño y la organización
del proceso –desarrollo del nuevo poder- que el diseño detallado del fin – la 3ª república-,
ya que este se irá conformando en el proceso de lucha. Es decir los objetivos anteriormente
planteados no se conseguirán el día que se proclame la 3ª república sino que se irá
avanzando en los mismos –o no- en función de cómo encaremos el proceso de lucha por
su consecución. O dicho de otra manera, solo será posible llegar a la proclamación de
una 3ª Republica que siga los principios defendidos en el documento si conseguimos implementar
un proceso constituyente en el que se desarrolle un poder alternativo, siendo
capaces de generar las condiciones que hagan posible lo que hoy no lo parece.
Por eso la propuesta de articulación del proceso constituyente resulta de vital importancia.
La estrategia que empleemos para conseguir generar dichas condiciones aparece
como el factor crítico del que puede depender el éxito o el fracaso de la propuesta.
La lucha por la 3ª República debe ser entendida como una nueva configuración de
la geometría del poder, el poder ciudadano frente al poder del dinero, donde cambiar la geometría del poder implica la inclusión de los sectores explotados y excluidos en el
proceso político.
La articulación de la sociedad civil alternativa implica el empoderamiento real y
concreto de los sectores antagónicos al modelo: la gente trabajadora, la juventud, las
mujeres, los pequeños propietarios. Un planteamiento que parte de la necesidad de impulsar
soluciones colectivas a problemas colectivos, mediante la participación directa
de las personas. Se trata de abrir procesos de autorrevalorización de clase basados en el
trabajo colectivo. Construir la democracia dando el poder a la mayoría social.
La participación social ha sufrido un proceso de mercantilización que pretende reducirla
a un acto de consumo. Invertir la geometría del poder, por tanto, supone la articulación
de espacios de participación autónomos al mercado. Espacios de resistencia
que responden y resuelven necesidades concretas de la gente trabajadora. Esos espacios
comprenden todos los aspectos de la vida.
En el trabajo, en el barrio, en los centros de estudio debemos ser capaces de dinamizar
la participación directa de la gente en la resolución de los problemas. El sindicato,
la asociación, la cooperativa, la asamblea, la plataforma, la coordinadora, el ateneo,
etc. Innumerables son los espacios desde los que recuperar las respuestas colectivas que
hagan frente a la atomización de la vida política y social.
La Tercera República ha de configurar se por tanto en torno a la contradicción
social, planteando la democracia participativa como una nueva configuración de la
geometría del poder pretendemos abrir las puertas a un nuevo modelo para una nueva
fase, el socialismo en el siglo XXI.
3ª.- Nuestra defensa y participación en todos los procesos, actos, movilizaciones
y desarrollos de la Memoria Histórica no pueden confundirse con nuestra propuesta
republicana como si ésta fuese una simple continuidad de la II República. Nuestro
proyecto republicano es heredero de la I y II Repúblicas en la medida en que éstas son
antecedentes históricos que han aportado elementos, referencias y valores que debemos
hacer nuestros, sin olvidar que estas han sido repúblicas burguesas, aunque la última
tuviera un carácter progresista, pero sin olvidar que nuestra idea de República es para
el siglo XXI con todas las características que en él se dan.
Nuestro compromiso e implicación activa en todos los procesos, actos y movilizaciones
relacionados con la memoria histórica deben servir para potenciar y ampliar las
bases sociales y las fuerzas culturales que apoyan el movimiento por la tercera república,
mostrando a las generaciones actuales el significado real de la segunda , proyectando
sus valores democráticos e igualitarios y su potencialidad transformadora al nuevo
proyecto republicano. la república del siglo xxi, debe responder a las características
del nuevo capitalismo global, y por tanto no puede ser una simple continuidad de la
segunda, pero el proceso de lucha sociopolítica que la hará posible, se verá –se está
viendo ya- fortalecido por el desvelamiento y la difusión de los elementos y las claves
sociopolíticas del régimen de 1931. en este sentido, la memoria de la segunda república
y de la guerra civil que la destruyó, contribuye a informar, educar y crear conciencia
republicana, favoreciendo la movilización social y la capacidad de elaborar propuestas
que vayan construyendo la futura república como una alternativa política real.
La memoria de la II república sirve para informar, educar, concienciar, estimular y
para exigir la justicia pendiente; es por ello una fase diferenciada y previa a transitar
con objeto de asegurar el éxito de la anterior elaboración, movilización y capacidad
propositiva que conduzcan a la constitución de la III república.
4ª.- Las dos Repúblicas que ha habido en España no tuvieron el mismo peso político
y social pero ambas han significado el intento de conseguir una sociedad basada
en los principios de libertad, igualdad, solidaridad, racionalidad, justicia, democracia,
educación y modernidad que pueden seguirse como un hilo conductor a través
de la Historia de España y que concretados en personas, movimientos, tendencias,
reflexiones y acciones de gobierno han intentado cambiar, no sólo las ideas ancladas
en presupuestos que ya no tenían en Europa el mismo predicamento sino también el
orden económico basado en la gran propiedad agraria, la democracia conculcada o
demediada, la alianza entre el Trono y el Altar y el desprecio por la Ciencia tanto en su
aspectos teóricos como en sus aplicaciones prácticas y tecnológicas, las dos experiencias
democratizadoras fueron cercenadas brutalmente por medio de la violencia de las
armas sin que pudieran desarrollarse ampliamente
Solo Cataluña y País Vasco dispusieron de una burguesía que tímidamente cuestionase
en algún momento aquel orden. Pero cuando se vieron desbordadas por un pueblo que profundizaba en las posibilidades del proyecto republicano, apoyaron mayoritariamente
la restauración del viejo orden.
no se puede soslayar la cuestión nacional a la hora de definir el modelo de estado.
es por ello necesario plantear el derecho de las nacionalidades a la autodeterminación
en el marco republicano, ya que la unidad del estado español sólo puede ser sólida y
estable sobre la base de la libre determinación y nunca sobre la fuerza y la imposición.
5ª.- En conclusión, hacer una aproximación a la propuesta de III República es establecer
una discurso que se presente ante la sociedad actual como una consecuencia
de nuestro pasado democrático, arrebatado por la fuerza, junto con la aceptación del
reto que la actual situación presenta, en este sentido la memoria de la II República nos
sirve hoy para reivindicar la legitimidad de un modelo de Estado cuya legalidad fue
vulnerada por la traición y la fuerza de las armas para reivindicar la recuperación de
la verdad y la legalidad republicana como la base mas sólida para informar, educar,
estimular y concienciar al pueblo para su participación amplia en la construcción de
una nueva República Federal.
La República a la que aspiramos la resume el aforismo que la identifica como el
gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, en cuanto nos emplaza y estimula
a las clases populares a considerar, defender y participar en la gestión del Estado y de
lo público como patrimonio propio y recurso fundamental para afrontar democráticamente
los problemas que la vida en sociedad nos plantea hoy.
Debe ser esta una etapa para avanzar desde la elaboración, la movilización
y la propuesta republicana ligada a la resolución de los problemas que aquejan
a la sociedad española.

LA PROPUESTA REPUBLICANA


En función de este planteamiento, el proyecto que sometemos a debate
ciudadano es consecuencia de la respuesta a tres preguntas claves:
1. ¿Por qué? Es decir, que justifica, explica o demanda la necesidad de
construir una alternativa republicana. La herencia y la legitimidad republicana,
en contraposición a una monarquía que abdico y que fue repuesta e
impuesta por del dictador, así como la constante adulteración de la democracia
diseñada en la Transición y la crisis de valores éticos y democráticos
y sus manifestaciones con consecuencias negativas y corruptelas en la
sociedad española.
2. ¿Qué? Qué tipo de República se quiere, cuáles son sus contenidos,
qué líneas maestras vertebran su Constitución (Constitución Formal), que
alianzas suscita el proyecto (Constitución Material).
3. ¿Cómo? Las características del proceso, la estrategia de largo aliento
y las previsiones tácticas posibles. El proceso constituyente.


I. ¿POR QUÉ?
Abordar la primera pregunta es desarrollar tres contenidos que a modo
de razones de peso conducen a responder con la alternativa republicana a
la actual coyuntura económica, social, política y de valores que se explicita
en un estado de pasividad de la sociedad española. Estas razones son
cuatro:
1ª.-. La herencia republicana.
2ª.- El agotamiento de la Transición.
3ª.- La crisis estructural del sistema capitalista, y su manifestación en la
formación social española.
4ª el modelo económico y la concentración de poder
La herencia republicana
Conviene distinguir entre la historia del republicanismo español y las concreciones
históricas que han significado la I República (1873) y la II República (1931- 1939).
Los avatares del republicanismo histórico comienzan oficialmente con la creación del
Partido Demócrata en 1849 y se desarrolla en una serie de acontecimientos que yendo
desde 1869 con la creación del Partido Republicano se manifiestan en escisiones, enfrentamientos
entre dirigentes. Oscilaciones pendulares entre una expresión del ideario
conectada con los sentimientos populares y otra más proclive a la intervención exclusiva
desde las instituciones y una permanente decantación entre dos opciones que se manifestarán
claramente a principios del siglo XX: la concepción burguesa de República
Liberal y la concepción republicana más ligada a los intereses, objetivos y métodos del
Movimiento Obrero, destacando las siguientes organizaciones y tendencias:
• Federales y unionistas en la primera república.
• Unión republicana creada en 1903 y encabezada por salmerón en la que pronto
surgen tendencias: “gubernamentales” de Melquíades Álvarez y el bloque
de izquierdas de lerroux.
• Partido radical-socialista de lerroux en 1908.
• En 1910 el bloque de izquierdas pasa a ser conjunción republicano-socialista.
En este año se crea en Cataluña la unión federal nacionalista republicana.
• En 1917 aparece (con fines electorales) la alianza de izquierdas formada por
republicanos y socialistas.
• Partido Balsquista
• PSOE como defensor del republicanismo
• PCE desde 1922
• Izquierda republicana
Desde esta enumeración, si tuviéramos que señalar en un apretado resumen las
características del republicanismo desde su nacimiento diríamos que éste no fue sólo
ni preferentemente una idea inspirada en la predilección por la forma electiva de la
Jefatura del Estado (sin obviarlo nunca) sino una concepción del orden político basada
en los siguientes principios:
• Democratización de la vida pública.
• Sufragio universal
• Eliminación de los privilegios sociales.
• Atenuación de las diferencias sociales.
• Racionalización y laicización de la vida intelectual y moral, Separación entre
la Iglesia y el Estado. Para una mayor percepción de los avances en el terreno
de las medidas modernizadoras deben consultarse y valorarse los textos constitucionales
de la i republica (redactado pero no debatido ni aprobado) y sobre
todo el de la II republica.
• Apuesta por la cultura y la enseñanza pública
• Supresión de la esclavitud (que en las colonias españolas se mantuvo hasta 1898)
• En el siglo XIX supresión de los consumos o impuestos que grababan los bienes
básicos de consumo y de las quintas u obligatoriedad del servicio militar
para uno de cada cinco españoles a excepción de las clases oligarcas
• Aumento del peso específico de los ayuntamientos en la estructura del Estado
Y ya en la II República:
• Sufragio universal para las mujeres entre otros derechos conquistados por el
movimiento feminista.
• Reforma Agraria.
• Ley de términos municipales para favorecer a los jornaleros de las localidades.
• Impulso extraordinario a la Enseñanza y a la Cultura.
• Apuesta por la Paz (Artículo 6 de la Constitución)
• Respeto escrupuloso a la legalidad internacional, a los Derechos para las mujeres
(sufragio universal, ley del divorcio, ley del aborto,...) y a la centralidad
del mundo del trabajo y la perspectiva igualitaria.
• Estado de trabajadores
• Instrucción publica
• Derechos de la mujeres como plenas ciudadanas (trabajo asalariado,
dominio de sus ingresos…..)
• Derechos sexuales y reproductivos (divorcio, legalizacion del aborto, despenalizacion
del adulterio…..)
• Avance en la consecucion de mayores grados de autonomia politica de las
nacionalidades historicas del estado español.
Al tratar de reflexionar sobre las dos experiencias republicanas habidas tenemos
una serie de comparaciones entra ambas que pueden servirnos de experiencia a la hora
de abordar la III República.
Encontramos los siguientes rasgos comunes:
1. Ambas repúblicas están precedidas e iniciadas en sendas crisis económicas. Especialmente
en el caso de la II republica con la crisis provocada por el crack de 1929.
2. Igualmente ambas se inscriben en crisis sociales y políticas. La Iª es consecuencia
de la Revolución de 1868 y la II de la Dictadura de Primo de Rivera consentida y
apoyada por el Rey Alfonso XIII.
3. El advenimiento de ambas no se produce como consecuencia de una fuerte organización
social respaldando las ideas republicanas sino muy al contrario a causa
de situaciones sobrevenidas casi por sorpresa. La I República es votada por unas Cortes monárquicas como única salida posible. La II es hija de unas elecciones municipales
en las que las candidaturas monárquicas fuero mayoría aunque perdieron
en las grandes ciudades y centros industriales. Donde el caciquismo no podía condicionar
la voluntad electoral de la ciudadanía, Y aunque en la II Republica hubo
más apoyo e ilusión debemos constatar que el sentido republicano como algo más
que el anti-monarquismo no estaba fuertemente asentado.
4. No olvidemos tampoco que tanto en la génesis de la Revolución del 68 (que abre
las puertas a la I República) como en la II hay un precedente intervención militar
auspiciada por los republicanos (Pactos de Ostende en 1866 y Pacto de San Sebastián
en 1930 respectivamente)
5. En ambas repúblicas se presentan con especial fuerza los problemas derivados de
una estructura del Estado que fue contestada, por la derecha en primer lugar y por
sectores de la izquierda posteriormente.
6. Tanto en la I como en la II influyen las manifestaciones y expresiones del naciente
Movimiento Obrero (los llamados socialistas utópicos, las actividades de Fanelli en
España, la revolución de de 1848 en Francia, la Comuna de París en 1871 durante
la I). En la redacción de la Constitución de la II se notan las influencias de la Constitución
mejicana de 1917, la de Weimar de 1918, la Revolución rusa de 1917 y las
corrientes del keynesianismo.
7. En ambas repúblicas y tras la euforia inicial (especialmente en la II) se produce
un desfase entre las reivindicaciones populares no resueltas en siglos y los ritmos
políticos de las clases dirigentes políticas.
8. Ambas Repúblicas recogen en sus textos constitucionales elementos de las inquietudes,
anhelos, y propuestas legislativas provenientes de los acontecimientos
revolucionarios coetáneos. Así en la I República están presentes los sucesos de la
revolución de 1848 o de la Comuna de París de 1871; así como las doctrinas de
Saint Simón, Fourier, Cabet, Considerant o Proudhon.
En la Constitución de la II República hay ecos de las constituciones hijas de revoluciones
como la mejicana (1917), soviética (1924) la constitución de Weimar (1919) y
también las incipientes teorías de Keynes, aunque todo está bastante matizado si es un
avance con referencia a textos anteriores.

El agotamiento de la transición

Sin entrar en un análisis muy profundo sobre la Transición podemos afirmar que
a estas alturas aquella operación significó para los interese del franquismo el paso a la
otra orilla sin tener que pagar un peaje importante. Pero además debemos tener presente
que desde 1945 el departamento de Estado de los EE.UU. ya había diseñado una salida
al régimen fascista de Franco a través de una operación denominada entonces como
Transición pacífica con dos partidos políticos: uno denominado demócrata y otro socialista.
Las Guerra Fría con sus consecuencias y los temores a que en España pudiera
ocurrir otra Revolución de los Claveles marcaron y acotaron el terreno de juego.
La Transición se desenvolvió a través de unos parámetros que sucintamente podemos
relacionar:
• Tanto en el fondo como casi en forma la Transición ha sido una segunda Restauración
borbónica en torno a los mismos interese que informaron la primera de 1876.
• Tanto en 1876 como en 1977 y 1978 se impuso por encima de la Constitución
un entramado de relaciones políticas que constituían en últimas instancia la
fuente de decisiones. Fue el Consenso que se visualiza junto con sus miserias,
en la Zarzuela el día 24 de Febrero de 1981.
• Se pactó una Constitución en la que junto con algunos artículos contradictorios
entre sí, por ejemplo el art. 14 es incompatible con el 56 y el 57, se
situaba una ambigüedad calculada a la hora del tratamiento dado a regiones
y nacionalidades (art. 2), Disposición Adicional Primera y Disposición Transitoria
Cuarta, ambigüedad que ahora vemos las dificultades que plantea para
avanzar hacia un Estado Federal, y sobre todo se consolidaba por la puerta
falsa la monarquía como forma de estado sin consulta previa, así como una
Ley Electoral anti-democrática que asegura el turno en el poder de dos grandes
partidos (en la primera Restauración tomaban el nombre de Conservador y
Liberal, y en la segunda, a partir del 1976, este papel lo interpretan el PP y el
PSOE), que comparten los pilares fundamentales de su ideario: defensa a ultranza
de la monarquía, la propiedad privada, la alianza a nivel internacional
con el imperialismo de la UE y EEUU, aplicación de una política económica neoliberal y antipopular, ultra nacionalismo español y negación del problema
nacional en España, criminalización de los movimientos sociales, etc. En ambas
experiencias de restauración borbónica se impone como pilar político del
régimen un bipartidismo excluyente que margina a todas las concepciones,
movimientos o partidos políticos que no compartan la totalidad de los principios
anteriormente citados.
Pero lo que en estos momentos nos lleva fundamentalmente a considerar agotada
esta Constitución es el incumplimiento de numerosos artículos del Título I
referidos a Derechos Sociales, Política Fiscal, Derechos Cívicos y especialmente
a la Legislación internacional y los compromisos contraídos por el Reino de
España y el mantenimiento de las leyes electorales y el funcionamiento bicameral,
que sost8iene y promueven el sistema bipartidista y dan preeminencia
al ejecutivo sobre los poderes legislativos y judicial.
Directrices por las que la república garantiza el cumplimiento de la constitución
en sus derechos fundamentales, teniendo en cuenta lo especificado en el
párrafo anterior.
Crisis economico-financiaria, crisis de modelo de Estado
Sobre la base de una crisis de sobreproducción se han insertado otras que la agravan
y le dan a la misma un carácter de crisis de civilización. El modo de producción,
la sociedad, los valores y el funcionamiento de la política que surgen el siglo XVIII con
la implantación del maquinismo y el capitalismo fabril y comercial ha entrado en una
crisis total del sistema capitalista.
Los tres grandes valores y ejes en torno a los cuales se ha ido construyendo la
economía y la ideología de la globalización: Mercado, Competitividad y Crecimiento
Sostenido han situado a la sociedad mundial y al planeta ante una encrucijada en la
que hay que optar conscientemente: Socialismo o Barbarie. En consecuencia el diseño
de una alternativa no puede establecerse sobre los tres ejes del capitalismo; estos han
fracasado. En cierta medida se han muerto de “éxito”. Llevándose consigo el bienestar
de millones de desposeídos.
La crisis ha evidenciado que no hay otra alternativa que la democratización de las
relaciones de producción, introduciendo la democracia en las empresas, la planificación
y gestión democrática de la economía, alcanzando esta planificación democrática a la
agricultura con ayudas publicas para dar mas estabilidad a los agricultores que podrían
decidir que producciones plantar. Evitando el estar supeditados a los intereses del mercado
internacional y nos proporcionaría a todos una mayor soberanía alimentaria y una
escala de valores diferente para una economía orientada a la demanda de bienes duraderos
y comunes, necesarios socialmente y útiles para cubrir las necesidades medidas a través
del índice de desarrollo humano (idh) en lugar de ese otro medidor denominado PIB.
Pero cualquier alternativa que pretende humanizar y transformar las relaciones
económicas desde la perspectiva de su utilidad social debe plantear con claridad y sin
ambages que la economía es una ciencia instrumental al servicio del desarrollo integral
del ser humano. Asumir consecuentemente este postulado es situarse en el terreno en el
que la sociedad se erige en diseñadora y dueña de su destino. Este es en resumen las
consecuencias del discurso de la modernidad: la centralidad humana.
La Monarquía expresa, no sólo simbólicamente, sino prácticamente, el poder de
las oligarquías financieras y empresariales, que dominan entre 1400 familias el 80%
del PIB, y bajo cuya hegemonía se han dado retrocesos en derechos políticos, sociales,
laborales, económicos, medioambientales, dejando en papel mojado los derechos más
importantes impuestos en su día en la Constitución Española. Hegemonía que se expresa
bajo la forma del Bipartidismo PP-PSOE, y la inestimable ayuda de la derecha
Nacionalista PNV-CIU. Garantizada con una ley electoral antidemocrática A la vez
que la opacidad con la que actúa la casa real en el manejo de las cuentas públicas y el
castigo con penas de cárcel a las críticas a la corona, refuerzan su déficit democrático.
La actual crisis económica capitalista, las contradicciones acumuladas por el proceso
autonómico y la pintoresca cuestión de la ley sucesoria, la corrupción económica
y del sistema jurídico, la creciente desigualdad social pueden crear la oportunidad para
un cuestionamiento de todos esos déficit y, por tanto, de la forma de Estado. Ahora,
se trata de avanzar hacia la III República. Si este avance no se produce impulsado por
la lucha social, por la elevación de la conciencia crítica y por un sentido histórico de la
necesidad de un cambio social profundo, será un cambio epidérmico.
En consecuencia, la alternativa republicana es la que mejor puede dar respuesta a
la necesidad de una verdadera regeneración democrática a los agotamientos del actual
modelo salido de la llamada Transición:
• Porque la salida es hablar de “más democracia”, en su más amplio sentido, fundamentada
en los inequívocos valores de Justicia, Libertad, Igualdad y Fraternidad.
• La alternativa hay que situarla por tanto en torno a dos ideas centrales: la
necesidad de una profunda Regeneración democrática basada en los valores
republicanos, y la de un cambio en el Modelo económico cuyo fundamento no
puede ser otro que el de estar al servicio del desarrollo integral del ser humano.
• Estos valores representan lo mejor de la tradición de los movimientos históricos
más avanzados e ilustrados del pensamiento, con la República como una concepción
del Estado caracterizada por unos principios, contenidos y un funcionamiento
institucional con una clara vinculación con la base social de la cual emana.
• La República representa por tanto un modelo de sociedad integrador y moralmente
superior al de la monarquía al preservar la dignidad del ciudadano
(que no súbdito ni simple consumidor) frente a un monarca o a cualquier otro
poder establecido.
• La República es el sistema que mejor conviene a los intereses de la mayoría al
ofrecer un marco más idóneo donde poder exigir, consolidar y defender los Derechos
Humanos para una sociedad más democrática, igual, justa, libre y solidaria.
• Justificación: Completar la caracterización del porqué la República, y no otro
modelo, es LA ALTERNATIVA, para lo cual se añaden a los argumentos existentes
en el Documento otros elementos de reflexión que la justifican.

Juventud y república

La juventud no ha sido participe ni se siente representada por el actual modelo de
Estado, la juventud no tiene acceso a los bienes jurídicos contemplados en la Constitución
de 1978 (vivienda, educación, empleo, igualdad, etcétera). Asimismo, la juventud
carece de mecanismos reales de participación en la democracia que los convierta en
sujetos políticos activos.
Además, el marco constitucional se presenta obsoleto y no da respuesta a los problemas
actuales que sufre la juventud, habiéndose dejado en papel mojado todos los
derechos sociales que se recogen en la Constitución del 78. Por consiguiente, el modelo
de Estado, para las y los jóvenes, está agotado.
Es necesario aclarar que nuestra propuesta republicana se refiere a la forma de
Estado, y que además está indisolublemente unida a nuestra apuesta de Democracia
Participativa como forma de gobierno. Nuestra apuesta republicana no nos vincula
con el republicanismo como ideología en un sentido exclusivo, sino en el sentido programático
de buscar la convergencia en torno a un programa que reconozca la Tercera
República con Democracia Participativa como eje estratégico, que de una respuesta a la
problemática anteriormente mencionada de participación de la juventud en la política.
La Democracia Participativa debe ser herramienta en la lucha contra el neoliberalismo
y por la construcción del socialismo. Recogiendo los fundamentos teóricos del
concepto de la “dictadura del proletariado”, planteamos una concepción radical de la
democracia que defienda los derechos de la ciudadanía, tienda a la igualdad social y se
base en la participación y el protagonismo de las personas.
Por tanto, se entiende que existen cuatro principios que actúan como
cimientos de la Democracia Participativa:
1. La cuestión del Poder: hay que empoderar a la ciudadanía, y en particular a la
juventud, a través de su acción directa sobre los asuntos públicos, creando espacios
para su participación que garanticen la autonomía de la sociedad civil, frente al
tutelaje respecto a la administración. Las y los jóvenes deben dejar de ser sujetos
pasivos y receptores de lo que les imponen las instituciones, y pasar a ser sujetos
activos y creadores de las políticas que deben gestionar sus representantes.
2. La contradicción entre ciudadano y consumidor: la ciudadanía, desde su ámbito
local, tiene que tener herramientas y espacios en los que manifestar y hacer valer sus
intereses, contradictorios con las políticas de dominio global. Esta contradicción se
hace más patente aún entre la juventud, por lo que es necesario dotarlas de estas
herramientas de participación e inclusión en la vida política y social para que deje
de ser una generación excluida.


3.La construcción de hegemonía, toma de conciencia, politización y movilización
van de la mano, así, estableciendo mecanismos permanentes de participación real
sobre los conflictos reales, la ciudadanía tomará conciencia de sus intereses. Por un
lado, entenderá que la resolución de sus conflictos concretos no viene del aparato
burocrático del Estado, y por otro, tomará conciencia de que su práctica transformadora
defendiendo sus intereses, construye hegemonía, para lo que es imprescindible
construir un espacio unitario en el que se vuelque la juventud.

¿QUÉ REPÚBLICA?

Es esta la cuestión central y en la que debemos entrar teniendo las ideas muy claras
ya que apostar por otros valores, por otro modo de estructurar el estado, porque el
ciudadano y la ciudadana sean sujetos activos de la vida política, por la austeridad en
la gestión de los recursos, por un modelo federal cargado de solidaridad y de igualdad
en los territorios del Estado español, por dotar de mayor democracia las instituciones
del Estado, por la transparencia en la gestión y por dotar a la ciudadanía de mayores
posibilidades de participar en la acción política cotidiana.
Una República que introduzca los valores laicos a través de la educación y del comportamiento
ciudadano y que apueste constitucionalmente por la paz, sobre unas bases
que de manera breve se reseñan:
1. La III República no puede renegar, obviar o silenciar el nexo histórico, político,
social y cultural que existe entre ella y las dos Repúblicas anteriores.
2. Sin embargo no puede tampoco sentirse continuidad lineal de ellas. Se produce
en un contexto distinto, en otra época y con otros problemas nacionales e internacionales
de otro calado
3. No debemos, en nuestro discurso vincular necesariamente las reivindicaciones de
la tercera república con todo aquello que haga referencia a la memoria histórica y
a la rehabilitación de la segunda república.
4. En nuestra propuesta republicana los contenidos deben ser lo más resaltable y
además perfectamente inter-conexionados a problemas del presente.
5. Debemos ser conscientes de algunos de los temas a desarrollar: la laicidad, la
enseñanza, el estado, etc. sobre los que debemos advertir que por desgracia el franquismo
y la actual monarquía no los han resuelto y además en algunos casos los
han agravado
6. Por ello nuestro discurso republicano debe hacer suyas una serie de propuestas
que serían los ejes fundamentales para vertebrar la Constitución de la III República.

Los ejes de la propuesta republicana

La Constitución de la República debe ser un instrumento que garantice la Independencia
nacional, asegure la participación organizada del pueblo defienda la Democracia
política y haga respetar la legalidad republicana, y ponga la riqueza del Estado al
servicio de crear las condiciones que promuevan el bienestar y la calidad de vida del
pueblo, para ello entendemos que debe tener una serie de pilares basicos sobre los que
desarrollarse.
I. Los Derechos Humanos.
La futura Constitución republicana debe asumir los contenidos de la solemne Declaración
de DDHH de la ONU de 10 de Diciembre de 1948, defensa de unos Derechos
Humanos, entendidos en su sentido mas amplio, denunciando que la Declaración
Universal de los Derechos Humanos ha sido mutilada, deformada, en benéfico del
desarrollo del capitalismo, ya que de aquel lema inicial, de libertad, fraternidad e igualdad,
la burguesía se encargo de resaltar la libertad, entendida como sinónimo de la
libertad de empresa, de mercado, apartando todo lo referente a la fraternidad y mucho
mas todo lo referido a la igualdad, defendemos por tanto que los Derechos Humanos,
o se cumplen en su totalidad, o son una trampa para imponer el dominio de una minoría
sobre los intereses de la mayoría.
Pero además debe hacer suyos los tres Pactos que firmados en 1966 y aceptados
por España desarrollan esos contenidos.
De la misma manera deben incorporarse a la letra y al espíritu de la Constitución
tras un debate en torno a ellos los Convenios que desarrollan materias como la infancia,
el medio ambiente, la igualdad de géneros, el desarme, la paz, los refugiados, las
migraciones, las minorías étnicas y culturales, etc. En otro momento de nuestro debate
se incorporarán como anexo.
La Declaración de DDHH constituye de hecho la consolidación del concepto de
Ciudadanía Universal que es un concepto perfectamente a nuestro internacionalismo
y ofrece unas posibilidades de alianzas sociales grandes.
Los contenidos de la Declaración sintonizan perfectamente con programas nuestros.
No olvidemos que ya con anterioridad hemos dado por sentado que la Economía
está al servicio de las necesidades humanas. El articulado de la Constitución debe reflejar
en cada medida esta opción de filosofía económica.
En consecuencia con lo anterior y por lo que respecta a los aspectos económicos
y sociales la Constitución republicana debe legisla y hacer cumplir la suma de los siguientes
principios: Pleno Empleo, Reparto del trabajo, Desarrollo Sostenible, Protección
Social Plena, Renta Básica, Progresividad Fiscal, Sector Público y Democracia
Participativa.
Estos contenidos y los que dimanan de lo que podríamos calificar como Tercera
Generación de Derechos Humanos, es decir los Medio Ambientales son materia inexcusable
en nuestra visión republicana.
II. Democratizacion de la económica
No es posible una alternativa al actual sistema sin una democratización de la economía,
por ello proponemos que la República debe tener un sentido social, con estructuras
que garanticen el control democrático y público de la economía, con una
fiscalidad realmente progresiva y un nuevo modelo productivo.
• Introducir la democracia en la economía, desde la planificación sostenible del
desarrollo hasta la gestión de cada empresa concreta.
• Considerar el pleno empleo, digno y de calidad como el eje determinante del
nuevo modelo productivo con políticas de reparto del trabajo y producción
sostenible.
• Banca Pública, una regulación de tributos, como el que propuso Tobin, que
penalice las transacciones financieras, la eliminación de los paraísos fiscales,
con medidas complementarias para penalizar la especulación financiera y sus
beneficios extraordinarios (control de los movimientos de capital, regulación
estricta de los mercados financieros, impuestos de carácter internacional o
creación de instituciones internacionales democráticas).
Una República que para desarrollarse ha de tener sus cimientos en un modelo productivo
sostenible y que reparta riqueza
• Exigir legalmente el cumplimiento de los derechos subjetivos en la Constitución
republicana: derecho al trabajo, a la vivienda, a la salud, a la educación,
etc.
• Reparto del Trabajo. Reducción progresiva de la jornada laboral sin pérdida
de salario. Trabajar menos para que pueda trabajar todo el mundo.
• Desarrollo Sostenible. Otro modelo socioeconómico de desarrollo en el que
sean centrales la ecología y la protección efectiva de nuestro entorno natural,
para alcanzar otra sociedad más justa, con una soberanía alimentaria, una
planificación de políticas públicas agrarias. Contando con todos los actores
involucrados, la revisión del modelo energético actual y la revisión de nuestro
modelo de consumo.
• Protección Social Plena. Protección social de calidad y solidaria para toda la
gente durante toda la vida: sanidad, jubilación con una Renta Básica como un
Ingreso incondicionado y universal para cada miembro de la sociedad, independientemente
de sus ingresos y estado civil.
• Progresividad Fiscal. Un sistema impositivo más progresivo que grave las rentas
del capital, los beneficios de las grandes compañías, y el patrimonio.
• Sector Público Fuerte. Un sector empresarial público potente que impulse la investigación
y el desarrollo tecnológico aplicado, articule iniciativas generadoras
de ocupación digna, y preserve en manos públicas la gestión de los bienes
y sectores productivos estratégicos, incluyendo el financiero.
• Servicios Públicos que permitan la satisfacción de las necesidades básicas de
la ciudadanía (suministro de agua, energía, transporte, comunicaciones, servicios
postales, sanidad, enseñanza, cultura, vivienda, servicios sociales…) en
condiciones de acceso universal, no discriminatorio y con coste asequible. La
consecución de estos servicios, que permiten la cohesión social y representan
un salario indirecto, ha supuesto un gran esfuerzo y penalidades por parte de
la ciudadanía en los últimos dos siglos.
Es obvio que la aplicación plena de los DDHH va a necesitar de una movilización
permanente de la ciudadanía a través de mecanismos sociales, políticos e institucionales
perfectamente definidos en el texto constitucional. No debemos olvidar nunca que
la legalidad republicana es la nuestra y que solo a través de ella tendremos la legalidad
y la legitimidad para hacer las transformaciones sociales necesarias.
La Democracia como convenio permanente entre seres libres e iguales para seguir
permanentemente conviniendo es de un alcance y de una profundidad que hace posible
a la ciudadanía la accesibilidad a la toma de todo tipo de decisiones.
Una Democracia que tiene que ser participativa, ya que las radicales transformaciones
sociales que lleva aparejada la propuesta republicana, entendida como una concepción
política, social y cultural alternativa, exige la producción de espacios de contrapoder
social en los que se haga fuerte la voluntad ciudadana. La generación de ámbitos de
poder político, social, económico participados se inserta en nuestra tradición acerca de
la necesidad de superar la brecha entre gobernantes y gobernados o lo que es lo mismo
la mutación de la naturaleza de clase de los aparatos del poder estatal.
Es importante el articular mecanismos de participación ciudadana, debe ser la ciudadanía
la que tenga una mayor facilidad de promover iniciativas destinadas a hacer
más eficaz el medio en el que se desenvuelve. Es por eso que la Iniciativa Legislativa
Popular (ILP) necesitara menos requisitos para su tramitación, los referéndums serán
vinculantes y se dará la Consulta No Vinculante a la Ciudadanía en las tres administraciones
del Estado, a la vez debemos desarrollar la participación de la ciudadanía en la
elaboración de los presupuestos.
Conocemos cada día mejor los límites e insuficiencias de la democracia representativa,
agudizados en las formaciones económicas y sociales capitalistas, como para no
proceder a desarrollar una estrategia de largo alcance que permita ampliar la participación
con capacidad de decisión real y efectiva a todos los espacios de la vida política
y social. En particular es necesario desarrollar una propuesta política de intervención
democrática de las trabajadoras y trabajadores en sus centros de trabajo, ámbito en el
que consumimos más de un tercio efectivo de nuestra vida.

El impulso de la democracia participativa lo debemos entender como proceso constituyente
de una sociedad civil alternativa por medio de la participación directa, la auto
responsabilidad en el proceso, la cooperación, el apoyo mutuo y la solidaridad en la
resolución de necesidades.
El desarrollo de la sociedad civil alternativa se enmarca en la estrategia de la construcción
del nuevo poder, de las nuevas formas de democracia.
La articulación de los procesos políticos desde procesos participativos en la articulación
de la legislación brinda caminos para el impulso del parlamentarismo de calle,
para la puesta de las instituciones al servicio de los intereses de la gente trabajadora,
desarrollan una nueva forma de institucionalidad.
La revocabilidad de los cargos públicos y la rendición de cuentas, son elementos
esenciales de control democrático superadores de las concepciones de mercadeo electoral
a los que podríamos incorporar enseñanzas de instituciones como la contraloría
social de la administración pública, la construcción de un nuevo modelo de estado
que reconozca el hecho nacional más allá de las nacionalidades históricas, tiene como
elemento de cohesión una nueva sociedad con derechos universales.
El Estado actual proclama solemnemente toda una serie de principios democráticos
y de derechos políticos, sociales y culturales que quedan vaciados de todo contenido a
la hora de su supuesta aplicación.
Frente a este panorama, el modelo estatal republicano ha de asentarse, en primer
lugar, sobre la consolidación de un sistema democrático de todo el pueblo, cuya condición
e instrumento fundamental sea la participación directa y activa del conjunto de
los ciudadanos en la vida política. Los órganos representativos del Estado republicano
han de integrarse y desarrollar su actividad partiendo de los principios propios a una
democracia auténticamente popular:
1. Todos los órganos representativos del Estado son electivos y renovables, con
limitación de mandatos. Por supuesto, la jefatura del Estado está sujeta a elección
popular. La libertad de discusión, el ejercicio de la crítica y la autocrítica y la regla
democrática de la mayoría en la toma de decisiones marcan el funcionamiento en
todos los órganos estatales colegiados. Todos los órganos representativos unipersonales deben ser nombrados por un órgano colegiado. El Senado se convertirá en la
cámara territorial del Estado.
2. La garantía última del principio de sufragio universal se sustenta en el reconocimiento
de un sistema electoral basado estrictamente en la proporcionalidad,
donde sea verdadero el principio de “una persona, un voto”, donde es necesaria la
formación un sistema de circunscripciones que asegure dicho principio de proporcionalidad.
3. Todos los miembros de los órganos del Estado tienen un deber de rendición de
cuentas de su actuación, pudiendo ser revocados de sus cargos. En su actuación,
todos los cargos públicos han de conducirse a través de un Código Ético.
4. Las organizaciones sociales también tendrán derecho a participar directamente,
de acuerdo a las normas, en el ejercicio del poder público. Asimismo, existen otros
instrumentos de democracia directa, como son el referéndum vinculante, la consulta
popular o la iniciativa legislativa popular.
5. Ha de ser un principio básico para el funcionamiento democrático del Estado
la consecución de la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres en todos los
aspectos de la vida social y política.
Para ello señalamos algunos elementos que sin ser exhaustivos deben dar contenido
a esta profundización de la democracia sobre la que se basa la propuesta de III
Republica:
• Leyes electorales federales estrictamente proporcionales y un colegio central
de restos para ámbito de elección, que garantice el principio de “un elector/a
un voto”.
• Las campañas electorales se regularan por la ley con estrictos criterios de austeridad
y sostenibilidad, aunque facilitando a todas las formaciones y opciones
políticas que concurran, el acceso a los medios de comunicación públicos, que
durante la duración de las mismas diseñaran una programación especifica dedicada
a la difusión de los programas propuestas de las diferentes candidaturas
que se presentan a las elecciones en cualquiera de los ámbitos territoriales.
• Debe cambiarse el desarrollo de la actual Inmunidad Parlamentaria y hacerse mas restrictiva y austera.
• Los poderes públicos incentivaran el establecimiento de cauces democráticos
de participación y control de la gestión política de los candidatos electos en
cada ámbito electoral: Estatal, federal y municipal.
• El Senado se transformará en la Cámara Territorial del Estado Federal.
• La Moción de censura se aplicará tras un debate y requerirá mayoría absoluta.
Desaparece lo que ha venido en llamarse Censura constructiva.
• Los Ministros podrán ser censurados y revocados tras el pertinente debate y
votación.
• El Fiscal General del Estado, el Presidente del Consejo de RTVE y otros organismos
y entes serán elegidos por el Congreso e los Diputados.
• Debe cambiarse el desarrollo de la actual Inmunidad Parlamentaria debe cambiar
y hacerse más restrictivo.
• Se legislará para favorecer la pluralidad e impedir la concentración de Medios
de Comunicación en una o pocas manos: Ley anti- Trust.
• Se aprobará y aplicará un Código Ético del cargo público.
• Los Medios de Comunicación de titularidad pública se diferenciarán en su
programación, estilo y accesibilidad de los ciudadanos de los de titularidad
privada y se garantizará su carácter público.
• Todas y cada una de estas medidas y otras en el mismo sentido se aplicarán a
las demás instituciones y ámbitos de las AAPP.
• En los planes de Enseñanza deberán introducirse materias y asignaturas de
índole cívica y de conocimiento del funcionamiento de las instituciones de la
República. Estas asignaturas y materias que forman parte de los conocimientos
de exigencia obligatoria, tendrán un profesorado preparado y titulado para tal
fin. Estas materias formarán parte del currículo obligatorio para el alumnado.
• Las instituciones incentivarán mediante normas y reglamentos derivados de
una Ley Orgánica la Participación Ciudadana con los requisitos y garantías
marcados por la Ley.
• El Referéndum será vinculante y además, se eleva a principio constitucional la Consulta no vinculante, a la ciudadanía en las tres administraciones del
Estado.
• La Iniciativa Legislativa Popular necesitará menos requisitos para su tramitación.
• Desaparece el Defensor del Pueblo tanto en las tres administraciones del Estado
y es sustituido en la Central por la del Procurador de la República. El
Procurador de la República es elegido por sufragio universal y se encarga de
velar por el cumplimiento de los programas electorales, el funcionamiento de
las administraciones y recto proceder de los funcionarios públicos. (Este tema
debe desarrollarse con más detenimiento).
IV. Democracia Paritaria
Más allá de la producción de textos legales que reconocen la igualdad entre mujeres
y hombres, las formaciones económicas y sociales capitalistas mantiene límites y
constricciones de cristal que impiden la consecución de la igualdad efectiva. A mayores
es necesario constatar la pervivencia y transformaciones de la ideología y prácticas
patriarcales en todos los ámbitos de la vida social.
El carácter igualitario y transformador de nuestra propuesta republicana supone la
producción de las condiciones materiales y culturales que hagan posible la producción
de espacios de poder paritarios, que generen en su ejecutoria políticas de igualdad eficaces,
capaces de remover los obstáculos a la consecución de la igualdad real.
Justificación: nuestra propuesta republicana necesita tener un perfil feminista, que
impugne la sistemática de violencia material, física y simbólica que se ejerce contra las
mujeres y que nos afecta a todos.
La II República supuso un avance importantísimo en la consideración de la mujer
como ciudadana y sujeto de derechos que tuvo una feroz respuesta durante la dictadura,
como correspondía a un empoderamiento sin precedentes de la población femenina
durante la guerra civil.
Para las mujeres fueron muchos los debates de entronque feminista no cerrados
durante la República y que constituyeron un anhelo, una esperanza, una reivindicación
y una seña de identidad del movimiento republicano.

Por ello, teniendo en cuenta que la igualdad real y efectiva está muy lejos de conseguirse,
hemos de introducir el sesgo de género a toda nuestra propuesta republicana.
En este sentido la III República debe, tiene, que ser el único camino hacia la consecución
de esa igualdad entre mujeres y hombres. Porque la propuesta republicana se
basa en la educación en libertad e igualdad, porque la nueva economía ha de reconocer
derechos laborales y sociales incompatibles con un sistema discriminatorio, porque la
democracia radical pasa por la paridad y la participación efectiva de toda la población
y porque la III República tiene que introducir mecanismos de empoderamiento de la
mujer que hagan de la misma una bandera del feminismo.
Tras más de treinta años de la llamada transiciion hay mujeres desempeñando trabajos
que tradicionalmente estaban reservados para los hombres; hay cada vez más
mujeres participando en la vida pública, hay ministras, parlamentarias, alcaldesas y
concejalas… Pero la realidad les que cuesta mucho más a las mujeres que a los hombres
hacerse visibles y existe una doble discriminación horizontal y jerárquica, según la cual
a la mujer se le ponen las cosas más difíciles. También, sufren una doble explotación, de
clase y de género, y para verla hay que mirar con dos miradas simultáneas, no podemos
ver sólo una de las dos contradicciones. La superación del capitalismo no conlleva la
superación del patriarcado.
La III República debe nacer con el compromiso de avanzar en la igualdad de género
para, a su vez, avanzar en democracia. Más de la mitad de la población tiene derecho
a vivir sin violencia, a compartir el poder y a trabajar en igualdad.
V. Un Estado laico
La Constitución de la III República debe abordar con la misma claridad que las I y
la II la cuestión de la laicidad del Estado. Y ello conlleva además de enunciarlo así en
el texto constitucional lo siguiente:
1. Separación total entre el estado y las distintas instituciones de confesiones religiosas
(iglesias e instituciones de carácter religioso.
2. Acabar con la financiación y las fuentes de la misma mantenidas hasta ahora.
3. Control por parte del Estado de la Enseñanza en todos sus grados, especialidades y ramas.
4. En consecuencia queda abolida la enseñanza de cualquier religión en
los Centros Públicos.
5.En la Constitución de la III República no podrá contemplarse la posibilidad legal
de establecer Concordatos especiales con la Santa Sede y otros estados confesionales,
todas las relaciones internacionales de España estarán sujetas por igual al
derecho internacional.


VI. La Paz: un objetivo, un Derecho y un Deber.

En este apartado nuestra deuda con el artículo 6 de la Constitución de la II República
es inestimable: España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional.
Esta renuncia se sustenta en una concepción antiimperialista exterior, lo que supone
una renuncia de facto o de iure de la guerra como instrumento de política imperial o
imperialista y excluye la participación en misiones de guerra derivadas de la participación
en organismos internacionales. Además, la Constitución republicana preconizara
la abolición del Imperialismo, del colonialismo y de cualesquiera otras formas de dominación
y explotación en las relaciones entre pueblos, así como el desarme general
simultáneo y controlado la disolución de cualquier bloque militar.
La Constitución se regirá por los principios de Independencia nacional, de respeto
a los Derechos Humanos, de los Derechos de los Pueblos, de la Igualdad de los Estados,
de la solución pacifica de los conflictos internacionales, de la no injerencia en los
asuntos internos de los demás estados, y de la cooperación de todos los pueblos para la
emancipación y el progreso de la Humanidad.
La opción republicana por la Paz, tal y como se expresa en el título del apartado IV
afecta a bastantes áreas no sólo del Gobierno del Estado republicano sino que atraviesa
y condiciona todos los aspectos de la base cultural instalada en el imaginario colectivo
de la sociedad. La apuesta por la Paz conlleva:
1. Salida de España de la OTAN
2. Erradicar las bases americanas de nuestro territorio.
3. Afectación de nuestras FFAA a misiones exclusivamente defensivas



4. Progresiva transformación de una parte importante de nuestras FFAA en organismos,
servicios institutos dedicados a catástrofes naturales, accidentes masivos y
cualquier acontecimiento que exija una organización disciplinada, con alta cualificación
técnica, preparación física y cultural elevadas.
5. Reestructuración de nuestras fábricas de armamento en el sentido de atenerse a
la producción de armamento permitido y de carácter convencional aunque de alta
cualificación y al servicio exclusivo de nuestras FFAA. Lo cual supone la retirada
unilateral del comercio de armas. Ello exige una remodelación del sector por la que
los puestos de trabajo deben ser respetados aunque en otra actividad.
6. Desde la concepción de la Política de Seguridad como algo de estricta naturaleza
civil, la cultura de la Paz debe informar todas las actividades que se relaciones con
la Cultura, la Enseñanza, la Solidaridad y las relaciones internacionales.
7La consideración de milicia queda únicamente adscrita a las FFAA. En consecuencia
todos los Cuerpos policiales deben ajustarse a una concepción netamente civil.
8. Prohibición del paso de armamento extranjero y en especial el nuclear por los
territorios del estado.
VII. El protagonismo de de la Educación, la Investigación
Si algo ha caracterizado los procesos republicanos progresistas han sido la apuesta
decidida por la educación y la cultura, entendidas ambas como derechos accesibles al
pueblo y no como privilegios para las élites.
La crisis cultural española, propiciada por su mercantilización, que impide el acceso
de las capas populares a la misma, no es sino el fruto de las políticas neoliberales y de
la concepción del hombre como herramienta y no como ser con necesidades materiales
e intelectuales.
La crisis educativa, merced de un sistema económico que forma trabajadores y no
personas y que ha propiciado que en época de bonanza el abandono temprano de los
estudios para ingresar de inmediato en un mercado laboral, que parecía satisfacer de
manera rápida y con creces las demandas económicas y las pretensiones emancipadoras
de los más jóvenes.
En España existe una tasa de analfabetismo del 2’2% de la población mayor de
16 años (esto es, cerca de 900 mil personas), A este baremo deberíamos añadir el
denominado analfabetismo funcional, cuya tasa se dispara: un grueso de la población
nada desdeñable que, sabiendo leer y escribir, no ha desarrollado las capacidades de
comprensión lectora y análisis suficiente. Hay que cambiar el concepto de educación
existente, comenzando por los colegios e institutos y alcanzando la universidad. La III
República, y en el cambio hacia ella, debe plantear una alternativa. A grandes rasgos:
la escuela, instituto y universidad públicos y de calidad, incrementar el número de docentes,
laicidad de estos, asunción en profundidad de nuestra Historia por parte de los
planes de estudios, etc,
Aún ahora, en época de crisis, cuando se advierte que una mala formación de los jóvenes
impacta negativamente en el desarrollo de la sociedad, se aluden siempre motivos
económicos o de mercado (mala formación= menos técnicos= menos competitividad
con otras economías =menos beneficio) y no se mencionan las secuelas que lastran
una sociedad poco formada tanto en lo formal (estudios reglados) como integralmente
(cultura, conocimiento del medio en el que se desarrolla, educación cívica, etc.)
Es por ello que a la III República no se le puede escapar el binomio cultura y educación,
siendo ambas apuestas estratégicas necesarias para el buen desarrollo de la
República.
a) Educación
Es un derecho y un deber de los ciudadanos de la República formarse, así como
una obligación del Estado dotar de los mecanismos necesarios para ello. La apuesta
por la educación pasa por mejorar el sistema educativo español, haciendo un cambio
estructural del mismo y dotando a profesores y alumnos de las herramientas necesarias
para el desarrollo docente y aprendizaje.
Los pilares básicos de la educación republicana deben girar en torno a los ejes Público,
Gratuito, Laico, de Calidad.
b) Público:
El acceso a la educación tiene un carácter universal, siendo un derecho y una obligación la escolarización infantil, primaria y secundaria arbitrando los mecanismos
necesarios para el acceso a la educación superior del mayor número de ciudadanos
atendiendo a las necesidades materiales del alumnado y el profesorado.
Es deber de la República acabar con las diferencias entre instituciones públicas y
privadas, agravadas por los recortes en gasto en educación, teniendo que poner fin a los
conciertos y dirigiendo los recursos públicos a las instituciones públicas.
Este compromiso requiere de un esfuerzo económico y, más importante, de una
buena gestión de los recursos destinados a éste.
c) Gratuito
Para formar a todos los ciudadanos hay que romper la barrera económica que
separa a quienes pueden estudiar porque se lo pueden costear y quienes tienen que
abandonar obligatoriamente su formación o compaginar, estudio y trabajo.
La gratuidad de las tasas, matrículas, la potenciación de becas, ayudas económicas
a familias con necesidades, el impulso de la gratuidad de los materiales educativos, es
un deber de la República.
d) Laico
La laicidad, incentivada por el espíritu republicano ha de hacerse notar en la educación.
No puede financiarse ni dar techo a los adoctrinamientos de las iglesias, siendo
fundamental sacar de la actividad curricular la enseñanza de las religiones, que tienen
su espacio de por sí en el estudio de las diferentes ramas del conocimiento.
Hay que poner fin al concierto con instituciones eclesiásticas y educar en el afianzamiento
de la idea de que las iglesias deben sufragarse por sí mismas y en sus espacios
el adoctrinamiento y combatir la idea de que el que existan alternativas a las clases de
religión es democrático y suficiente.
e) De calidad
Romper el desequilibrio entre instituciones públicas y privadas, mejor dotadas económicamente
éstas, poniendo al servicio de las escuelas públicas las mejores herramientas
formativas y el mejor cuerpo de docentes. Dotar de las nuevas tecnologías los centros educativos, así como formar en ellas, de acuerdo al grado de desarrollo técnico
alcanzado es necesario y urgente.
Estas premisas, básicas en un sistema público y democrático chocan frontalmente
con las políticas implementadas en los últimos años (LOU, LOCE, Plan Bolonia, Espacio
Europeo de Educación Superior…) por lo que hace falta reestructurar íntegramente
la educación universitaria sacando a los bancos de la misma y haciéndola herramienta
efectiva al servicio de la ciudadanía.
El profesorado, como garante de la educación y la formación en los principios
republicanos es pieza inseparable de la cuestión de la educación en la República y su
formación y capacitación para el ejercicio de sus funciones, una cuestión a tratar.
El estado no puede dejar de ofrecer este marco educativo a todos los ciudadanos,
teniendo en cuenta para ello las peculiaridad de los diferentes colectivos que lo
componen, rompiendo la barrera que dificultan su acceso a; minorías étnicas, familias
desestructuradas, inmigrantes, discapacitados, iletrados (en la actualidad en España se
contabilizan más de dos millones de analfabetos) y atendiendo a las deferentes realidades
culturales del país en cuanto a idioma, costumbres, u otras derivadas.
La formación de adultos, la formación continua y permanente de los ciudadanos
de la República, bajo la premisa de que una sociedad mejor formada será una sociedad
más libre.
f) Cultura
La cultura, en tanto que es una necesidad del hombre, debe estar al servicio del
mismo. La mercantilización de la cultura en España y la primacía de los intereses de los
creadores y productores de la misma frente a los intereses de quienes la disfrutan han
llevado a una crisis cultural general.
El canon digital, la permisividad frente a sociedades gremiales como la SGAE ,
la falta de incentivo público a la producción, la falta de formación para la misma, la
concentración en manos de unos pocos de las herramientas necesarias para la creación
artística y la falta de iniciativas públicas han consolidado la concepción de la cultura
como un lujo y no como un derecho para la formación integral de las personas, tanto
para quien las produce (que de no hacerlo por imposibilidad material cae en la frustración) como de quien las disfruta (que de no hacerlo no ve satisfecha parte de sus
necesidades naturales).
Es por tanto fundamental articular la cuestión cultural en base a los siguientes
valores:
• Universalidad de la Cultura y Defensa del Patrimonio Nacional
• El Estado debe garantizar el acceso a la cultura de todos sus ciudadanos, poniendo
para ello a su disposición la riqueza artística e histórica del país, sea
quien fuere su dueño.
• La salvaguarda del patrimonio artístico-histórico, legislando contra la exportación
y enajenación del mismo, articulando los mecanismos necesarios para
la expropiación, si fuera necesario, para su defensa.
• La protección del Estado de los lugares notables por su belleza natural o por
su reconocido valor artístico o histórico.
• Defensa de la creación intelectual
• Frente a la actual defensa de la propiedad intelectual, bajo la que se recorta
el acceso a la cultura, equilibrar el derecho del creador a proteger su obra y
el derecho del ciudadano a conocerla y disfrutarla. Dotar a los creadores de
la formación y de las herramientas necesarias para su desarrollo artístico, es
deber de la República.
Hace años Enrico Berlingüer en dos asambleas en Milán: una ante cuadros del
movimiento obrero y otra ante intelectuales planteó el papel revolucionario de la austeridad
como un valor no solo para salir de la crisis sino también para alumbrar una
nueva cultura ciudadana.
El consumismo desaforado, la falsa defensa del medio ambiente bajo patrones e
intereses capitalistas, la pérdida del sentido de lo público y colectivo y los despilfarros
de las administraciones deben ser sustituidos por una cultura en la que la planificación
de recursos, la sobriedad y la participación ciudadana suplan gastos suntuarios, plantillas
dedicadas a lo accesorio y los usos y abusos de contratas, subcontratas y cultura
concebida como espectáculo.
La cultura medioambientalista viene insistiendo desde hace muchos años en la necesaria
tarea del ahorro, la recuperación y el reciclaje, esto es, el uso ponderado de la
naturaleza, la sobriedad, la correcta adecuación del concepto calidad de vida a unos
usos que además de no atentar contra la naturaleza conformen una vida no alienada
en el consumo y en la inhibición ante los problemas sociales.
En definitiva se debe instalar en la cultura política la idea de que la dignidad de los
cargos públicos no es una cuestión de gastos suntuarios sino de ejemplo en la Austeridad.
VIII. Un Estado Federal
Esta cuestión debe merecer un debate específico ya que estamos ante un problema secular:
1. El Estado Federal que propugnamos cimenta su unidad en la voluntad libremente
consentida de quienes lo integran y siempre en el marco de la Constitución
republicana, de esta manera el Estado Federal que desarrollara la Republica debe
ser el resultado de la libre adhesión de los diferentes pueblos de nuestra geografía,
asumiendo el derecho de autodeterminación como legítima aspiración, pero defendiendo
siempre y en todos los territorios, la necesidad de un proyecto común
llamado España y estructurado en una República Federal.
2. Los gobiernos de los las naciones o comunidades federadas, los ayuntamientos
y el gobierno federal son todos estado. No cabe entre ellas una relación bipolar de
poder a poder. Para ello los presupuestos generales del estado se dividirán en porcentajes
equilibrados entre gobierno federal, comunidades y ayuntamientos, propiciando
de forma progresiva, la mayor capacidad de gestión posible a las entidades
locales, más cercanas al ciudadano. Se legislará para aumentar la capacidad de
intervención pública de las distintas administraciones
3. La Administración Federal del Estado debería tener competencias exclusivas y
últimas sobre:
a) Defensa
b) Relaciones internacionales
c) Política económica general
d) Política general del régimen de la Seguridad Social.
e) Leyes Orgánicas que definan las líneas maestras de los derechos y deberes de
los ciudadanos y ciudadanas de la República.
f) Presupuestos Generales del Estado y Leyes Orgánicas que definan la fiscaliza
general del Estado Federal.
g) Leyes sobre materias y principios que informan las relaciones laborales.
h) Legislación relativa a garantizar la objetividad e imparcialidad de los medios
de comunicación.
k) Gestión de la banca publica
Y armonizara mediante leyes marco:
a) Sanidad
b) Educación
c) Servicios Sociales
d) Recursos Naturales
f) Catástrofes Naturales Y Medioambientales.
4. La III República debe reconocer la realidad plurinacional y plurilingüística de
España, y este sentido debe disponer los medios necesarios para el libre desarrollo de
esta realidad, en los distintos aspectos que componen los hechos nacionales o identitarios,
sin menoscabo de los derechos y deberes que establece la constitución de la III
república. En tal sentido, debe promover junto a la libre expresión, la no imposición,
la concordia y el respeto entre las distintas identidades nacionales,
IX. Una Europa Federal
Debido a la extensión que está cobrando lo que iba a ser un simple guión me remito
a los muchísimos materiales que IU y el PCE han elaborado sobre ello. Solamente
avanzamos unas ideas.
1. La actualidad está demostrando que una UE sin entidad política es un simple merca
único sin peso en la política internacional.
2. La Entidad de Europa: económica, social y política de Europa necesita de un proceso
federal constituyente en torno a cinco sujetos:
• Los parlamentos ESTATALES (nacionales)
• El parlamento europeo.
• El Consejo Europeo
• La Comisión Europea y sobre todo
• Los pueblos de Europa.
Planteando tres objetivos centrales:
• Defensa de una europa que priorice lo social y lo publico y establezca los baremos
necesarios que indiquen, en esta línea, el desarrollo de la ue.
• La defensa de la distribución productiva y de la renta entre todos sus miembros.
• La defensa de un gobierno europeo independiente y no subordinado a las directrices
de otros organismos políticos, económicos o financieros.
3. La III República Española deberá impulsar la democratización de los organismos
europeos, especialmente del consejo, del parlamento y de la comisión, así como, desarrollar
la Europa de los ciudadanos frente a la actual de los mercados, y fomentar la
libre circulación de la ciudadanía.


III¿Cómo alcanzamos la III República?

La III República no existirá si no comenzamos lo que se llama un Proceso Constituyente
que parta de la ciudadanía y vaya generando el apoyo suficiente en torno al
proyecto republicano.
Para mejor situar dicho proceso se deben hacer una serie de consideraciones.
1. La diferencia existente entre lo que se llama Constitución Formal y Material es la
misma que hay entre el texto con su articulado y los poderes y fuerzas que la hacen
posible o imposible de cumplir. El proceso constituyente que se propone consiste
en ir construyendo Constitución Material a la vez que se debate sobre la Formal.
2. El Proceso Constituyente debe partir de una idea clave: la ciudadanía es el sujeto
primordial de la Política, sobre todo en esta tarea. Los partidos políticos y otras
organizaciones están para ayudar a esta tarea. Y lo deben hacer con sus militantes
(que obviamente son ciudadanos) sus infraestructuras, su experiencia y sus aportaciones
políticas tanto teóricas como institucionales.
3. El objetivo es conseguir que la futura Constitución se vaya elaborando en sus
líneas maestras a través del debate ciudadano. En la medida que sus líneas y ejes
vertebradores tengan el respaldo la República se irá abriendo paso.
4. En consecuencia, la República y el Proceso Constituyente que conduce a ella
tienen como referencia su factibilidad como Alternativa Ética de Estado.
5. La III República tendrá la bandera tricolor, el himno de riego y se llamará república
española.
Para afrontar con éxito este proceso constituyente debemos ser conscientes de que
existen factores que dificultan el avance de la propuesta republicana:
• La existencia de un llamado “Juan Carlismo sociológico”, alimentado por
ese paraguas de blindajes y pleitesías de todo tipo cuyo objetivo es vender la
imagen de un monarca “campechano” que tiene por objetivo identificar monarquía
con aires de normalidad y como factor democrático, especialmente a
partir del discutible papel atribuido al monarca en el 23-F.
• La idea de que hablar de República es hablar de un asunto del pasado, de la II
República, que no tiene mayor encaje en la actualidad, además de asociarla al
terrible tema de la Guerra Civil.
• Considerar que la República no es un tema prioritario por lo cual, aun estando
conceptualmente a favor, la lucha por conseguirla no merece de momento una
mayor atención en la práctica. Este planteamiento cobra especial relevancia
en determinados sectores del movimiento obrero organizado y de fuerzas políticas
de orientación socialista, además de en sectores de la clase media, cuya
implicación a favor de la propuesta republicana, siendo completamente necesaria,
es todavía manifiestamente insuficiente.
• Tratar de mantener la monarquía en base a una argumentación de que estamos
en una “Monarquía republicana” y que el monarca es sólo un alto funcionario
estatal que sólo representa, no manda, no es el soberano, no estorba y
está sujeto a la Constitución. Por tanto, con los derechos existentes, el sistema
actual es mejorable por sí mismo y esta monarquía no es el problema, por lo
que la República es difícil que pueda establecer un marco constitucional de
democracia que no esté ya contemplado en la Constitución de 1978 de manera
que La República no puede aportar nada diferente que no lo pueda hacer la
monarquía.
Pero es que además de estos factores “externos”, realmente importantes, están las
Carencias del propio movimiento republicano, como son la de su atomización, división
que no se corresponde en gran medida a la defensa de diferentes modelos de República,
sino a que los colectivos que forman parte de este Movimiento arrastran conflictos
sectarios anclados en el tiempo; la debilidad de propuestas concretas sobre la alternativa;
la falta de referencias republicanas, personales o colectivas, que dinamicen este
proceso; la aun escasa y meramente nominal involucración real de importantes sectores
sociales, empezando por la del movimiento obrero etc.
Frente a estas dificultades debemos desarrollar una ofensiva sobre la base de que la
propuesta de República no reivindica únicamente el fin de la monarquía, ni su centro
de gravedad es una cuestión ética ni ilustrada, no proponemos la República por que
al rey lo pusiera Franco, ni por que sea el garante de la continuidad del poder de las clases dominantes en nuestro país –que lo es-, no nos limitamos a decir no a la Constitución
monárquica como si la lucha por las libertades no hubiera significado avances
o no hubiera existido. No centramos la reivindicación republicana en los valores de la
Ilustración ni de la revolución burguesa, ni queremos recuperar la legalidad de la Segunda
–aunque reivindiquemos su lucha-. Nuestra propuesta no es la República como
modelo ideal de convivencia y democracia: no somos idealistas.
Por el contrario cuando alguien oiga hablar de la lucha por la Tercera debe quedarle
muy claro a que nos referimos, debemos ser capaces de conseguir que el hablar
de 3ª Republica se identifique con cambio, con participación, con derechos, con lucha,
con democracia participativa, con solidaridad, con cooperación, con trabajo, vivienda
digna, con educación participada y útil para la sociedad, con igualdad, con derechos
para todos, con mejoras económicas, con un desarrollo social y medioambientalmente
sostenible, en definitiva, con un futuro mejor para nuestros hijos e hijas.
La claridad en el discurso, por tanto, resulta fundamental si queremos que se entienda
y que se pueda debatir sobre la propuesta con sinceridad y sin confusiones interesadas.
En todos los territorios (localidad, comarca y nacionalidad) se deben establecer
plataformas unitarias por la 3ª República) donde participen personas y entidades que
representen el mundo del trabajo y de la cultura y que desarrollen este proceso constituyente,
a la vez se debe seguir potenciando la Red de Municipios por la 3ª República,
extendiendo la campaña en todos los municipios del Estado Español, y crear en las
escuelas, institutos y universidades la red de docentes por la 3ª República.
Tenemos que proponer a través de las Plataformas y colectivos una campaña especial
de información sobre la figura de Juan Carlos de Borbón y familia en el marco
de impulsar consultas populares, precedidas de campañas de información, sobre el
modelo de Estado: Monarquía o República, y que ayuden a mantener en los medios
de comunicación la presencia continuada del tema de la República, que nos permita,
entre otras cosas la explicación de los poderes efectivos del Borbón en los artículos de la
constitución, especialmente en lo relativo a la sucesión, ejército, leyes e inviolabilidad,
la clarificación del papel del Borbón el 23 de febrero de 1981 y del papel que juega la
monarquía y la nobleza el sostenimiento del actual sistema, ya que nada mas lejos de la realidad presentar al actual monarca como neutral y alegando de la toma de decisiones
económicas y políticas.
En función de todas estas ideas y propuestas hacemos un llamamiento al movimiento
republicano y planteamos como primera medida organizar unos Estados Generales
de la República, abiertos a la ciudadanía con el fin de lanzar la idea republicana
al conjunto del pueblo español.

MEMORIA HISTÓRICA

La I Conferencia Republicana del PCE ha sido la primera ocasión en la que, de
forma organizada, el partido hace un acercamiento al proyecto republicano que proponemos
para este país. Han sido numerosas las aportaciones que indican un alto grado
de interés y de conciencia en torno al análisis del proceso de la “Transición” y el papel
jugado entonces por el Partido.
Sin embargo, esta Conferencia cometería un error si tratara de cerrar el debate que
tal asunto provoca. A los estudios historiográficos sobre la II República, la Guerra
Civil y la represión franquista que científicamente censuran aspectos heredados de la
visión franquista y aún hoy preocupantemente presentes, es necesario sumar de una
forma más decidida el estudio del proceso histórico de la Transición y el papel jugado
entonces por nuestro Partido. No solo para cuestionar la lectura de dicho periodo que
finalmente se ha impuesto, sino para entender mejor la realidad que hoy conocemos.
En todo caso, esta Conferencia quiere reafirmar el papel innegable que el Partido
jugó en la consecución y puesta en marcha de libertades y derechos sociales, hoy en
serio peligro. Pero quedan cuestiones muy interesantes por debatir y reflexionar. Algo
que tenemos que hacer desde un punto de vista materialista de la historia, es decir, analizando
las correlaciones de fuerza entre el bloque dominante tardo franquista, el bloque
democrático y la fuerza de la izquierda. Un ejemplo de ello es la Ley de Amnistía.
Esta ley esta siendo finalmente utilizada en función de los intereses del tardofranquismo
y de los verdugos. Cuando gritamos “Amnistía y Libertad” lo hicimos para sacar
de la cárcel o salvar la vida de los condenados por el franquismo. La interpretación
que el bloque dominante trata de imponer con la eficiente complicidad del aparato
judicial del estado, esta desembocando en la confusión entre venganza y justicia que
hoy sufrimos. La interpretación regresiva de la Ley trata de tergiversar el legado y la
imagen de los luchadores por la libertad y de la República en España. Por todo ello la
I Conferencia Republicana del PCE acuerda:
1. Mostrar su admiración y reconocimiento al movimiento memorialista, con la
convicción de que sin su emergencia y desarrollo, el debate sobre la calidad de
nuestra democracia hoy, sobre la reconocimiento, reivindicación y testimonio de la
memoria de las víctimas o los insuficientes logros de la Ley de Memoria Histórica,
no se habrían producido.
2. Llamar a la militancia del Partido a que continúe implicándose en el trabajo diario del movimiento memorialista.
3. Llamar a las federaciones del PCE a que articulen mecanismos que propicien la
unidad de acción del movimiento memorialista en torno a los siguientes preceptos
básicos:
a. Anulación de las sentencias del franquismo
b. Tutela judicial ejecutiva e implicación activa de los poderes públicos para
pruebas de delito de lesa humanidad, cada exhumación sin juez es una prueba
que se pierde.
c. Exhumar va necesariamente acompañado de la reparación de la memoria y
de la difusión del marco histórico en que se produjeron las muertes.
d. Articulación de políticas públicas respecto a la recuperación de la Memoria
Historiaría democrática, instando a todos los poderes públicos, administraciones
e instituciones al desarrollo de las misma conjuntamente con la memoria
privada y familiar en el marco del mandato de las Naciones unidas sobre el
derecho a la verdad, república y recuperación.
4. Trasladar a la Fundación de Investigaciones Marxistas que organice la celebración
de un nuevo congreso de historia del PCE exclusivamente centrado en la Transición.
5. Nuestro compromiso e implicación activa en todos los procesos, actos y movilizaciones
relacionados con la Memoria Histórica deben servir para potenciar y
ampliar las bases sociales y las fuerzas culturales que apoyan el movimiento por
la Tercera República, mostrando a las generaciones actuales el significado real de
la Segunda, proyectando sus valores democráticos e igualitarios y su potencialidad
transformadora al nuevo proyecto republicano. La República del siglo XXI, debe
responder a las características del nuevo capitalismo global, y por tanto no puede
ser una simple continuidad de la Segunda, pero el proceso de lucha sociopolítica
que la hará posible, se verá –se está viendo ya- fortalecido por el desvelamiento y
la difusión de los elementos y las claves sociopolíticas del régimen de 1931. En este
sentido, la memoria de la Segunda República y de la Guerra Civil que la destruyó,
contribuye a informar, educar y crear conciencia republicana, favoreciendo la movilización
social y la capacidad de elaborar propuestas que vayan Construyendo la
futura república como una alternativa política real


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